Diario de León
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León, Capital Española de la gastronomía 2018 Creo que nadie puede dudar de los exquisitos manjares gastronómicos, con que la provincia de León nos acoge, tanto a los residentes en ella, como a los visitantes, motivo por el que se le ha concedido éste galardón, otorgado por la Federación Española de Hostelería y la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo. Dicho esto, he de mostrar, con todos mis respetos hacia la hostelería, mi descontento con relación a los establecimientos de ocio, o lo que es igual de vinos. Se estás adquiriendo cada día con más frecuencia, la fea y mala costumbre, de no atender a sus clientes en las mesas y, esto lo he podido comprobar tanto en el afamado Barrio Húmedo, como en el Romántico o en el relativamente nuevo de Eras. Es decir, entras en un bar a tomarte un vino, en mi caso Prieto Picudo, te pones en una mesa y sientes que te vociferan desde la barra, bien el propietario o el empleado de turno "Buenos días, ¿que le pongo?, a lo que tienes que responder bien vociferando también o levantándote y explicarle lo que quieres para ti y los acompañantes si los llevas. Una vez solicitada la consumición, mediante éste peregrino sistema, observas que te lo dejan en la barra y te tienes que levantar a por ello y así mismo, con las tapas que acompañan los vinos, que una vez recitadas, te tienes que desplazar a la mesa, explicarles a tus acompañantes lo que hay de tapa, volver a la barra, decírselo a la persona que te atendió, esperar que te las pongan y desplazarte con ellas nuevamente a la mesa. Una vez terminadas, te levantas, vas a la barra y pagas las consumiciones, con la sorpresa que el precio es igual y en algunos casos, superior a aquellos otros bares donde si te sirven en las mesas. Igual pasa si te pones en la terraza. Para finalizar, me planteo varias preguntas, ¿acaso me voy de vinos para trabajar para los dueños de los establecimientos?, ¿Qué ocurre si me caen las consumiciones y recibo algún daño físico por ello?, ¿se considera accidente de trabajo?, ¿Qué opinaría un Inspector de trabajo si en una de sus visitas me encuentra sirviendo una mesa?, ¿levantaría acta de infracción por encontrar a una persona trabajando sin dar de alta?. Éstas son preguntas que dejo en el aire y yo, desde luego, ni estoy dispuesto en mis ratos de ocio a trabajar para ningún propietario de establecimiento y menos aún, para ayudar a incrementar el paro, dado que si somos los propios clientes quienes nos servimos, están de más los camareros. Ah, me quedaba en el tintero que mucha culpa de esto, la tienen los propios clientes, dado que si he podido observar que en los bares en los que SI te sirven en las mesas, son ellos los que voluntariamente van a recoger las cosas a la barra y llevárselas a las mesas, sin percatarse que están contribuyendo, con mucha probabilidad, a enviar a un trabajador al Desempleo. Cada día es más habitual ésta mala costumbre, que por otro lado, de ser conocido por las federaciones anteriormente mencionadas, éste premio no se le hubiera otorgado a ésta hermosa ciudad. Fdo. Alfredo Velázquez-Riera Bobes

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