"Deseo que eso que tantas veces hemos oído cuando alguien bueno se va sea realidad"

Hola Mario; un año sin ti. No tuve la suerte de conocerte personalmente, aunque en ocasiones estuvimos a punto de ello. Pero el poco tiempo que llevabas en León y la pandemia, no lo hicieron posible.

Así que mi cariño, o mejor el gran cariño que hoy te tengo, me llega por todo lo bueno que he oído de ti: un joven guapo, cariñoso, simpático, con grandes principios e ilusiones, con amigos allá por donde ibas.

«Mario, que eras arrollador». Pero, Mario, no podías ser de otra manera teniendo la familia que tienes: tus padres Maylo y Chuchi, tu hermano Manuel, abuela Pilar, tíos y primos, mucho dolor en sus corazones, pero nunca una palabra de odio, rencor o venganza, hacia la persona que, sin sentido, te arrebató de su lado. Mario, estoy orgullosa de que tu familia me consideren su amiga, y hoy deseo de todo corazón que, eso que tantas veces hemos oído, cuando una persona buena se va, sea realidad.

«Aquellos a quienes amamos, nunca mueren, ellos caminan a nuestro lado y siempre están cerca». Mario, hasta siempre. 

Carmen Morán Suárez