Los 90 de Clint

Sabes que una película, un libro, una composición musical, que una obra de arte lo es porque cambia el paradigma con el que el mundo continúa su progreso histórico. La evolución es sobre todo crecimiento cultural. En esta época en la que los genios se difuminan, en el que la humanidad no encuentra referentes culturales a los que asirse ante la perplejidad de unas promesas científicas que no acaban de llegar, Clint Eatswood ha cumplido 90 años. La victoria del genio es la del hombre solo. La soledad del hombre en un mundo adverso es la clave con la que Harry ‘el sucio’ cambió para siempre la mirada del mundo contemporáneo, una vuelta de tuerca a la modernidad, Cándido desde otro punto de vista, Aquiles vencido mucho antes de su sacrificio por Patroclo. Revisen las películas de Clint Eastwood; desde  Sin perdón , donde el mancillado director ‘perpetra’ una maravillosa defensa de la libertad de la mujer, pasando por el dolor y la incomprensión de los niños abusados de  Mystic River , hasta la clemencia ante la eutanasia en  Million Dollar Baby...  y la trascendencia, esa única posibilidad a la que cada día nos agarramos para narcotizar el miedo inmenso en el que la vida nos envuelve. Clint Eastwood es el creador de la soledad del hombre contemporáneo, aunque esta adjetivación se queda vieja para traducir los miedos ante el umbral de una inmortalidad fabricada por Tesla.

A Clint Eastwood le acusan de misógino, de machista, de racista, de republicano... y todo por el miedo que a muchos les produce pensar que lo políticamente incorrecto puede crear belleza más allá de las convenciones. Hay que ser muy valiente para elegir la soledad, para no escuchar el ruido, que siempre atenta contra la libertad. En tiempos de incertidumbre, como este, los hombres necesitamos un tótem al que agarrarnos. Otros, los mejores, saben que la resaca de la vida nos devolverá a la misma playa. En la vida pasa como en el boxeo, que las heridas son tan profundas que no puedes detener la hemorragia. Comenzamos a sangrar al nacer y Eastwood mostró que el único remedio es inmolarse.