Editorial | El caso Jáñez evidencia en Astorga el doble rasero usado en política
Cada día que pasa engorda un poco más el auténtico escándalo político por las cada vez más claras maniobras para intentar ocultar un accidente de tráfico en el que se vio implicado el teniente de alcalde, José María Jáñez. El concejal de Izquierda Unida en Astorga, según un informe desvelado ayer por el PP, fue sometido a dos pruebas de alcoholemia tras el siniestro con fuga en el que dañaron elementos de mobiliario urbano. Desde entonces, hace más de un mes, las maquinaciones de la Alcaldía que dirige Juan José Alonso Perandones, su equipo de gobierno, trabajadores y parece que incluso la Policía Local se merecen toda la reprobación posible y exigen un esclarecimiento urgente para que se haga Justicia.
El primer responsable del escándalo se centra en el propio edil, que ha negado su participación aunque todo apunta a que conducía aquella noche del 12 de diciembre el vehículo, una circunstancia sobre la que existen testigos que forman parte de la acusación. Pero también se ha puesto en serio entredicho la honorabilidad del Ayuntamiento de Astorga y de su Policía, intentando apuntalar por parte del propio Perandones lo que a todas las luces parece una sucesión de maniobras, medias verdades y alguna mentira para tapar lo ocurrido.
El suceso exige luz y taquígrafos. Y pone en evidencia a los que pretenden dar constantes lecciones de moralidad. No dudan en señalar y exigir el máximo rigor a sus rivales políticos mientras actúan con un doble rasero para tragar auténticas ruedas de molino si se trata de dar por buenas las acciones de los afines. Lo ocurrido en las últimas horas con Ada Colau en Barcelona, y los tan cacareados códigos éticos en determinadas formaciones políticas, pone en evidencia a muchas personas de la izquierda española empeñados en esas acciones cargadas de contradicción y de trampa permitiendo que se mantengan en los cargos los acusados por los juzgados cuando ante la mínima sospecha sobre los rivales hacen cola para exigir dimisiones y ceses.
El caso Jáñez acentúa si cabe este tipo de circunstancia hasta un grado extremo. En la Comisaría de la Policía Nacional de Astorga se empiezan a acumular suficientes elementos para hacer urgente la exigencia de una investigación política en el seno del Ayuntamiento de esta ciudad que no se merece tanto desprestigio.