Editorial | Una decepcionante e insuficiente respuesta para salvar la hostelería

Han tenido que pasar nueve meses y medio, desde el primer confinamiento decretado a mediados de marzo, para que el Gobierno apruebe su tantas veces publicitado plan de ayuda a la hostelería y el comercio. La decepción es total en el sector. El Consejo de Ministros dio luz verde a una serie de medidas con las que pretende aliviar el terrible impacto dejado por el coronavirus, con ayudas fiscales y búsquedas de rebajas de costes, pero sin incluir las demandas de ayudas directas para salvar sectores que son fundamentales en la economía española y especialmente en materia de empleo.

Hace algo más de una década la pasada crisis desarboló totalmente la construcción. Era uno de los puntales creadores de puestos de trabajo. Y ahora el covid ha noqueado a todo lo relacionado con el turismo, el otro gran pilar de la economía.

Con ese panorama que ha extendido sus efectos durante nueve largos meses parece lógicamente escaso hablar de reducciones en los alquileres por parte de los grandes propietarios, una situación que en León apenas alcanza al 5% de los establecimientos y que no afecta a los que han alcanzado pactos de moratoria o de reducción temporal. Los hosteleros recelan además de la rebaja fiscal y de otras operaciones de reajustes. Su campaña recordando el rescate a los bancos quizá fue excesiva, pero sí refleja que con parches no se sacará a flote un sector hundido.

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