Editorial | El nuevo récord inflacionista deja a la provincia en un escenario preocupante

León, con una evolución interanual del 6,8% que supone la más alta en 29 años, se convierte en provincia más inflacionista, situándose así el encarecimiento de los precios muy por encima de la media en todo el país (5,4%) e incluso de la registrada en Castilla y León (6,1%), que viene de un -1,1% en octubre del 2020. En línea con el conjunto nacional, pero de manera más acusada, el encarecimiento de la energía, es decir, electricidad, gas y otros combustibles, se elevó en la provincia al 52,7% en la tasa anual, con un 12,3% en los del transporte.

Estas cifras sitúan a la provincia en un contexto crítico para los miles de trabajadores que vieron reducidos sus ingresos salariales este año y la mayor parte del pasado, ya fuera por haber perdido su puesto de trabajo o por verse afectados por regulaciones temporales de empleo.

La situación para ellos se endurece aún más por ese insólito comportamiento del IPC en estos primeros meses del año, fundamentalmente por el encarecimiento de productos que afectan de manera determinante el consumo diario de los hogares. Si a ello sumamos la persistencia de la devaluación salarial, la capacidad adquisitiva de las familias se ve extraordinariamente mermada.

Esa reducción del poder de compra hace que cada vez sea más complicado satisfacer sus necesidades vitales básicas, y en especial para los hogares con menores ingresos y que más han sufrido el impacto de la crisis. En este contexto, a fin de garantizar un nivel de vida suficiente para miles de trabajadores, parecen necesarias también reformas en política salarial deben a partir de políticas activas de empleo más eficaces, fundamentales para recuperar los puestos de trabajo perdidos durante la crisis sanitaria y reducir el desempleo estructural.