Editorial | Tren soterrado en el Crucero pero sin que se complete una integración

El ferrocarril pasa desde ayer de nuevo por el Crucero, pero unos pocos metros bajo tierra. Un sueño largamente perseguido en la ciudad desde que aquel viejo paso a nivel estrangulaba de manera permanente el acceso hacia León desde el oeste. Han pasado demasiados años desde que se empezaron a buscar soluciones para aquel problema y por eso resulta imprescindible que la sociedad mantenga la alerta para conseguir que todo quede plenamente realizado sin flecos en asuntos como éste.

Pero, de momento, la puesta en servicio del soterramiento no incluye la apertura del pasillo peatonal. Ni se ofrecen soluciones para la valla que amenaza con perpetuar la división que históricamente provocaba la vía férrea. Ni existe un proyecto para los terrenos liberados, que generan un riesgo cierto para la higiene y el embellecimiento que debe facilitarse cuando una persona accede a la ciudad bajándose del tren.

La parte positiva, junto a este adiós a la estación de saco, llega con el anuncio del consejero de Fomento sobre que sí habrá unión directa entre las estaciones de autobuses y de ferrocarril. La demanda de la ciudad ha sido escuchada y las obras de reforma de la de buses, que comienzan en octubre, se ampliarán con esa comunicación.