Orden para que sean eficaces los tractores

Las cosas han cambiado y aquellos viejos sindicatos que lideraban las movilizaciones reivindicativas han pasado a la historia. Se pudo ver ese escaso poder de convocatoria el sábado en Valladolid, donde todo el esfuerzo para sacar a la calle una Comunidad se vio frustrado con una ciudadanía que estaba a otras cosas. Ocurre algo parecido en el campo. Las nuevas formas de comunicación han promovido unas concentraciones por toda Europa que dejan al margen a las organizaciones y sindicatos agrarios. La sociedad aspira a posicionarse y reivindicar lo que considera justo más allá de unos presuntos representantes que están cada vez más aislados, más aposentado en despachos a las puertas de los que mandan. Las movilizaciones agrarias afrontan una encrucijada clave. No puede eternizarse. Ni sería bueno para ellos ni la ciudadanía lo aceptaría. Tienen que organizarse y concretar fórmulas de representación para poder negociar. Europa está dando pasos ya y en el Gobierno español se acepta dialogar. Pero es preciso aclarar con quién.