Las cosas del Palacio rozan el esperpento
Parecen totalmente justas las quejas por la lentitud y torpeza con la que se ponen en marcha la mayoría de los proyectos y obras que prometen las administraciones nacional o autonómica para esta tierra. Pero resulta quizá más llamativo cuando el esperpento se materializa a pocos pasos. Lo ocurrido desde hace tantos años en torno al Palacio de Exposiciones —nunca ha llegado a tener la zona destinada a Congresos— facilitaría experiencias para escribir un manual sobre cómo no debe actuarse desde las instituciones públicas para ser eficaces. La suma de tropezones en la gestión desarrollada por el Ayuntamiento de León ha derivado en que hoy por hoy es un proyecto inacabado y sin ningún tipo de previsión sobre cuándo podría alcanzarse el proyecto global que fue planteado en origen. Ahora llega el penúltimo varapalo. La cubierta ‘verde’ tantas veces vendida como ejemplo de limpieza ambiental y de ahorro energético se activa sin cumplir su auténtico propósito. No será autosuficiente al requerirse un costoso reajuste.