Un Eje Atlántico que ni tiene plan director
El hecho de que Castilla y León no haya recibido del Gobierno su plan director del Corredor Atlántico fue calificado ayer como ejemplo del «desprecio» del Ejecutivo central y su ministro de Transportes hacia la comunidad. Así se expresó el eurodiputado del Partido Popular, Raúl de la Hoz, en un encuentro en Salamanca que sirvió para repasar la situación de las infraestructuras de la autonomía. El protagonismo lo acaparó la denuncia por el olvido y la inacción que condenan el futuro de buena parte del noroeste y también del oeste, con la imprescindible recuperación de la Ruta de la Plata, a un obstracismo que tendrá terribles consecuencias en forma de despoblación y pérdida de actividad.
Las proyecciones establecen que la apertura completa del Corredor Atlántico generaría una inyección de unos 3.600 millones de euros al PIB de Castilla y León, por su capacidad generadora de actividad y por la captación de tráfico de mercancías que llegaría a alcanzar los cinco millones de toneladas anuales, un dato que supondría triplicar la actividad actual. Pero el problema es que la desigualdad entre los corredores Atántico y Meditarráneo es más grave cada día que pasa. Se han convertido en el mejor ejemplo de esas dos velocidades a las que avanzan los diferentes territorios españoles.