Mal, tu abuela vota mal

Al festival de tu abuela vota mal, que desde el 13 de febrero pincha en bucle el hilo musical de León, vino a unirse Felipe, que dejó los renglones más revirados y los surcos más profundos en la piel de la provincia, en el capítulo leonés del gran recopilatorio de la España que no iba a conocer ni la madre que la parió. El auténtico Felipe. Los que vencen tienen la responsabilidad de escribir la historia; si no convencen, se ven obligados a reinterpretarla. En ese preludio que llega desde Largo Caballero e Indalecio Prieto a los estertores del Otan, de entrada no, fue al sexto día cuando creó el embalse de Riaño; porque si llega a esperar al séptimo, la Unión Europea le hubiera metido un paquete sideral al Reino de España, por aniquilar almas y desterrar vidas, en nombre de la democracia y de los votos y los porrazos de la autoridad, para explicar la doctrina a quien se niega a entender el evangelio. Resulta más humana y empática la versión de los hechos que aporta Agustín Lasai, que inmortaliza el dolor eterno del que le arrancan de la tierra donde hunde sus raíces y mana la sangre de sus venas. En el séptimo día tampoco descansó, como ha hecho creer el relato peliculero del Génesis; se dedicó a abrir el trasvase de Galleguillos, para que el voto provinciano tuviera hechos con los que sustentar la sensación de agravio que viven los mortales sin carné, sin instrucción en la revolución socialdemócrata, sin un puestín en la caja que al principio era el Monte de Piedad. La semana original tuvo más etapas; porque en el octavo día cerró la vía de la Plata; en el noveno, cayó Hulleras; y al décimo, Elosúa; y así, sin descanso, la leche, la negación de industrias, el resto de la minería, hasta hacer del creacionismo una entrada aparcelada por capítulos en los que la semana llegó a un mes, el mes se hizo cuaresma, el invierno, un año, y el año, carne de cañón. El voto provinciano está hackeado; no es lo mismo el penitente de León que la papeleta de Guipúzcoa, que es también una provincia en el ordenamiento territorial; o de Navarra, la Navarra que iban a hacer de León. Está bien que Felipe rapee que tu abuela vota mal. Es folclore en la hebra de esta tierra que mama de las tetas del Esla. Lo mismo cuando votaba lo que decía Don Esteban, que pagaba el vino y el escabeche.