Diario de León

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Ayer jueves se ha celebrado el Día Mundial de la Desertificación y la Sequía, una efeméride que nos invita a hacer una reflexión sobre la importancia de cuidar uno de los recursos más importantes que tenemos, el agua. Sobre todo, cuando estamos a las puertas del que será un verano especialmente caluroso, y después de sufrir la primavera más seca de los últimos 15 años.

En zonas como en León, donde levantabas una piedra y salía agua, las tornas están cambiando preocupantemente. No solo las localidades afectadas por las obras de la variante de Pajares están viendo como sus acuíferos se secan en el que es ya el atentado medioambiental más grave que sufre la provincia en su historia reciente. Son muchos los pueblos que a estas alturas del año hidrológico ven como sus fuentes languidecen, antes incluso de que llegue el verano.

Según un informe de Greenpeace, publicado esta semana, más del 75 por ciento de la superficie de España está en riesgo de desertificación y el 70% de las demarcaciones hidrográficas presentan niveles de estrés hídrico alto o severo. La sobreexplotación de acuíferos, las lluvias torrenciales, los incendios forestales y los largos periodos de sequía abocan a las tres cuartas partes del territorio español a una inminente desertificación.

Y es que zonas como León, en las que esta primavera a penas ha llovido y se han sucedido más horas de sol que la media habitual, está sufriendo una «mediterranización» del clima, donde las precipitaciones son un 20 o un 30% más intensas y los periodos secos son más largos. Y no lo digo yo, lo dice el director de investigación y desarrollo de la Fundación para la Investigación del Clima, Roberto Monjo, y para prueba un botón. En los últimos días estamos viendo fuertes tormentas capaces de dejar en pocas horas las calles de pueblos como Castrillo de las Piedras totalmente anegado por el agua, con riadas que nos recuerdan a la gota fría de Levante, alternados con ratos de intenso sol.

Ya son demasiadas las señales que nos indican que el cambio climático es ya una realidad palpable que empieza a afectar a nuestras vidas mucho más de lo que nos pensamos.

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