Las casas de Domingo López

Mayo de 1955, Jacobo Romero González proyecta un Grupo de Cinco Casas entre las calles de Santa Clara, Ramiro Valbuena y la entonces plaza de Calvo Sotelo (hoy de la Inmaculada), promovidas por Domingo López Alonso. Ideó la Casa orientada a la Plaza con un sótano parcial para servicios, la planta baja con locales comerciales, portal con la garita del portero y dos escaleras, principal y de servicio con sus respectivos ascensores que suben a las oficinas de la primera planta y a 20 viviendas de «cierto lujo» distribuidas en ocho niveles a la calle, un ático parcialmente retranqueado y un sobreático no contemplado en el proyecto.

Dispuso el alzado a la plaza con la portada en el eje entre los huecos de los locales separados por resaltados machones en cuña que parecen sostener un paño pétreo de piezas estriadas donde las oficinas abren sus ventanas bajo un gran bloque de nueve plantas en voladizo, simétrico, con grandes lienzos aplacados de piedra en dos cuerpos laterales cerrados que presentan amplios vanos recercados con antepechos enfoscados y livianas barandillas metálicas junto a los petos de unas novedosas y atractivas terrazas… Romero había iniciado su carrera en los años 20, cultivando el modernismo y el art decó como arquitecto municipal de Palencia.

En los 30 practicaba el «racionalismo» desde la Diputación de Valladolid y en la posguerra, ya en Madrid, concursó a la Cruz del Valle de los Caídos para acabar profesando en la modernidad hasta su fallecimiento en 1972. En un «añadido» a la Memoria del proyecto leonés, afirmaba que nuestra ciudad, «…estaba sufriendo en su ensanche una renovación tan magnífica… que en ella deben construirse edificios, de una traza moderna, aunque de líneas sencillas, que realcen y contribuyan a embellecer su trazado… dándola el aspecto de gran Capital con que todo buen ciudadano sueña»… Y tal vez no le faltara razón… ¡Pero no debemos afligirnos!