Diario de León

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De las seis cachas de mi arsenal de monte-arriba sobresale una, algo más larga que el resto y graciosamente algo porraca, perfecta y galana hoy como el primer día. Me la regaló Paulino con encarecimiento:  es de fresno cuarteao, nunca encontrarás otra que la iguale ; tampoco hay nadie que sepa más de cachas, varas o cayados que un pastor; y entre pastores, nadie como  el Manco , nacido en Quirós y cosedor de toda senda, cordel o cañada que tira al sur desde estos montes. Y de aquí a Trujillo, ¿quién no conoce a Paulino o le trató o le hablaron de él o le sonrió la fortuna de concelebrar sus calderetas? Paulino García «el Manco» ya es puro mito y el mejor resumen que yo pude conocer de los finales de la historia merinera y mastina en León. De monte, ganado o aprovechamientos lo sabía todo porque lo vivió todo. Perdió de chaval el brazo, maldita gangrena, en el puerto, y con un solo brazo acabó haciéndose fortaleza para juntar, conducir o sujetar a un rebaño de cientos de ovejas, a su yegua intendente, al potro chisgaravís y a Cándido si se esnortaba. A puro brazo toda su vida. Tres meses al año duerme en chozo de alta montaña, que es como dormir al raso; y el resto del año en majada o alquería, no mucho mejor. Al trashumar, octubre encima, es capaz de arrebujarse al abrigo de un banzo, pasar la noche cara al rebaño, hacerse cepo y ni el lobo-hielo le sopla el sueño. Vaya, ahora caigo, Paulino era de fresno cuarteao, hebra recia, eso era. Alejado de médicos hasta sus postrimerías y curtido en inclemencias, rindió pabellón a los 87 y el entierro es hoy a las 4 de la tarde, iglesia de Santa Ana. Ahí empezará a medirse el hueco que deja. Lo hará la familia, amigos tantos, los Ordóñez -su otra familia desde Joselón-, Marta, que le mimó estos años, Ángel, Charo, Rafa en sus comidas, Félix y los mastineros, Paqui (murió Pepín y Paulino quebró apoyo)...

Veo desde aquí el puerto de Sancenas (Correcillas al lado) y aquellas noches de verano en su chozo. Y anoto:  muerto Paulino, a mi escasa e incendiada biblioteca le ardió otra enciclopedia; mal voy; fue mi maestro en todo lo suyo... y en más .

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