Más que Carracuca

A lguien cumple 100 años hoy y no es ni media noticia ya, aunque pasando de los 110 comienzan a llamar la atención y entran con botas de siete leguas en la carrera de los récords. Ahí se apunta otro leonés como antes aquel otro de Pinilla de la Valdería, el «tío Quico», que murió con 111. Ahora es uno de Puente Castro, Saturnino de la Fuente, 112 recién cumplidos. En 1926 estaba entre los fundadores del equipo de fútbol que tanta honra le dio a este barrio, cuyo orgullo (o complejín) late en ser más pueblo que solo «barrio», pueblo puro junto a la ciudad que siempre vio alejada y río mediante.

Este  Saturnino  fibroso fue zapatero y, siendo ya el hombre más longevo de España, puede aspirar a serlo del mundo, pues quien tenía ese récord -un inglés que peléo en la I Guerra Mundial- murió hace diez meses a los 112 años y 62 días, según cuenta la web del Guinness News. Pero en la carrera de la edad siempre hay quien te gana y siempre es mujer:  María Branyas , de Olot, cumple en un mes 114, ahí la tienes; y superó al virus con 113. Aun así, animemos a Saturnino a batir el récord absoluto del japonés que alcanzó los 117 años, aunque recordando que como varón lo tiene más difícil y que quien más ha vivido en este mundo, dice Guinness, fue una francesa,  Jeanne Clement , de Arlés, 122 años, muerta en 1997... qué tía, vivió de niña en varias ciudades, conoció a Van Gogh porque compraba lápices en la tienda de sus padres, vio levantarse la torre Eiffel, practicó esgrima, montó en bici hasta los 100, bebía vino todos los días y con harto disgusto hubo de dejar de fumar a los 120. Qué bien; solo de este modo merece alargarse la vida hasta edades impropias que te hacen ser más mineral que vegetal o más alcachofa que gata, aunque también a esta francesa la cosa parecía hacérsele larga en sus finales cuando le preguntaron ¿cómo deseaba su futuro? y respondió «que sea corto». De haberlo visto todo también se cansa uno. Y de enterrar hijos y amigos, más.

(Otavito pregunta cuánto era de feo  Carracuca  y qué años hay que tener para que te digan más viejo que él).