Diario de León

Creado:

Actualizado:

Antonio Aradillas, inquieto y querido cura/periodista con quien coincidí en «Pueblo» y ayudé en «El Imparcial», escribió hace dos años un lúcido artículo, « Isabel la Católica, ni virgen, ni mártir », regando dudas sobre la beatificación de esta reina que nunca prosperará, aunque Cañizares diga que el papa Francisco le animó a ello hace dos años. Y vino al caso porque el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello , también le da alas al sueño y vivas a la comisión que desde hace sesenta años persigue la canonización de Isabel como la gran evangelizadora de América, lo que ha servido hoy para volver a citar al leonés Antonino Fernández (imperio Corona) como principal impulsor (dígase pagano ) de esta re-buscada canonización, aunque habrá que aclarar que no lo fue tanto él como su mentor, jefe y principal obsesionado en santificar a la monarca, el único que vino pagando desde el principio los incontables gastos de esta comisión (quizá encantada de que se eternicen los intentos y sigan derramándose mandas y doblones). Era Pablo Díez, el famoso don Pablo que dejó establecido a su sobrino y heredero Antonino que siguiera aflojando y engrasando lo que parece una empresa poco menos que imposible porque... ¿podría ser santa hoy una reina que expulsó y expolió a los judíos, que fue verdugo de moros y moriscos, martillo de herejes y entronizadora de la Santa Inquisición?... Para canonizar a alguien Roma exige al menos uno o dos milagros y a esta reina sólo se le apunta a última hora la supuesta curación por su intercesión de uno de Granada con tan floja prueba, que mueve a risita incrédula. Además, si Roma se atreviera a abrir el proceso, ¿qué no dirán los obispos americanos, cuyos países sólo ven hoy conquista genocida y nada de colonización fértil, si es que no abaten con furia panfletaria su memoria y a hostias su estatua como en Méjico hace poco?... Sócrates cree que el arzobispo pucelano reanimó este propósito para pedir más gasofa que permita llegar a Roma a ese carricoche al que también desinfla ruedas la propia Conferencia Episcopal española.

tracking