Diario de León

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Maravilla que el león heráldico que es insignia para representar a León en escudos y banderas -ya sea ciudad, provincia o reinoparezca un bicho algo trans que cada cual pinta como le peta y como si hubiera una necesidad imperiosa de distinguirse de todos los demás, de no aceptar una única voz o símbolo, lo que por otra parte es una endemia de este carácter cazurro para el que lo unitario y lo cooperativo son conceptos sospechosos, cuando no proscritos.

Los leones de Diputación y Ayuntamiento, por ejemplo, buscaron diferenciarse, cómo no, rizando el rabo padentro uno y el otro pafuera, qué carácter. Por si era poco, la Carrasco pagó otro para imponerlo como logo de la institución provincial radicalmente distinto en todo, agrandándolo arriba y acortando en exceso las patas al pobre animal hasta el punto de amputarle una y dejarle cojitranco, cosa fea y gafe que nadie corrige consagrando así la cojera en que han dejado a esta tierra (¿protestó alguien entonces o lo hace hoy por enmendar tanto atrevimiento?).

Pura leonera Hay leones de todo gesto y traza: flacos de cintura galga o de ijar gordo y pecho inflado, peinaditos o de pelambre híspida como en calambrazo (los del polémico semáforo, cardados y rizadísimos, ¿los robaron del escudo luxemburgués o de la cerveza Löwenbräu?, porque ni de coña se parecen siquiera al oficial de quien los puso y pagó), leones que rampan y otros que parecen bailar los titos de Corbillos, de cuatro uñas o sólo tres, de lengua culebra o camaleona, coronados o sin coronar, unos con manos que parecen boxear y otros como dando el alto en un arímate pallá... por no hablar de los colores: los hay lilas, púrpuras, morados o carmesí, aunque nada como el león rosa acuartelado en el escudo de España, rosa chicle muy de pantera lerda. Hay incluso quien le pinta la lengua y las uñas de rojo como de estar haciendo sangre para chuparla después, ¡lavirgen!... en fin, que no salimos de una pura y variopinta leonera, leones para dar, tomar, regalar... u olvidar... lo normal es que alguien nos tome por un anarcocirco.

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