Diario de León

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El pasto da por la tetilla, la avena loca de las cunetas festonea más alta y más tolili que nunca, las flores humildes jamás perderán la guerra que le hacen pestes y herbicidas; y para compensar la calamidad general del gripón planetario, esta primavera le vino al campo borracha de agüita y esporpollando, así que da gloria ver los sembrados prometiendo hogazas grandes en su verde macizo que avisa de una cosecha más que excepcional, histórica, según lo ven estos días los veedores de labranzas que manda la autoridad a recorrer el mar de mieses de Castilla o de los Campos nuestros, ahí donde la ventolera encabrita a veces su oleaje cereal. Las olas en los trigales siempre excitan al poeta que alaba al labrantín de vieja norma y sin codicias por no echar herbicida a sus tierras y permitir a las amapolas hacer su guateque anual en su parcela llenándola de besos encendidos cuyo brillo rojo aún persigue inútilmente Margaret Astor.

La cosa va así: quien cosechó el año pasado 5 recogerá este verano 7. Notición. Pero de aquí a sacar la cosechadora, cruza los dedos y ponles mascarilla para que nada malogre los buenos augurios del veedor. Todo es pasto y hasta el secarral se esponja con floripondio de gordolobos, viboreras, cardos cuco, ojos de faisán, azulejos... pasto inútil hoy de un ganado que rendimos y pasto mañana de unas llamas hechas rebaños de fuego. Pero al menos habrá pan para que las penas sean menos y así poder ver una vaca gorda en medio de un paisaje que pintaron de plaga bíblica; por eso el faraón soñaría con los silos y graneros que se prevén y que serán el pan-pasaporte del próximo invierno, pan bendito que hemos vuelto a descubrir como gloria en estos encarcelamientos, mal que pese a quien teme que engorde (pues no te empanices, Maripi)... y pan, pan, pan... como un disparo es el grito del pobre haciendo cola en cualquiera de los centenares de comedores sociales que brotan en los mapas del hambre. Verdearon los panes que junio amarilleará subiendo de La Mancha a estos nortes. Y si vienen cebollas, sobreviviremos.

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