Diario de León
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

La molesta novia del señor Desarrollo

H abía una vez un señor que era curioso, inteligente y d e buen porte. Se llamaba Desarrollo y tenía un caminar lento, permanente; sin pausa. En su larga travesía, un día conocía a una dama de movimientos rápidos y de apariencia hermosa que le turbaba el alma. Al preguntarle el nombre, ella dedicándole su mirada un tanto pícara, con los temblorosos labios contestaba: «me llamo Ansiedad».

Comenzaba así un acelerado cortejo y no tardaban en establecer el noviazgo. Dándose la mano avanzaban con mucha agilidad, descubriendo infinidad de recovecos. A tanta velocidad tropezaban en muchas ocasiones; también sufrían caídas, provocándoles algunas lesiones. Al principio se recuperaban con facilidad, al pasar el tiempo, eran lesiones más complicadas que tardaban en curar. Desarrollo empezaba a darse cuenta de que siempre le había gustado ir con paso firme y decidido; pero sin prisas y convencido. Ansiedad era demasiado impulsiva, caprichosa y con una necesidad desmedida en conseguir cosas rápidamente; aunque no las disfrutaba y destruía otras que aparecían en el camino. Un buen día, Desarrollo tuvo una lesión extensa que le hacía aminorar el paso; ella le recriminaba, tenía miedo a que le quitaran protagonismo. Era sabedora de la existencia de otra mujer más hermosa e inteligente. Cuando Desarrollo volvió la mirada, se dio cuenta de que no disfrutaba de todo aquello; también pudo ver a otra dama de expresión serena y con una hermosura especial que inundaba su mente. Al preguntarle el nombre, con una apacible sonrisa contestaba: «Me llamo Calma». Ansiedad no podía soportar la escena, trataba de interponerse una y otra vez entre ellos. Desarrollo soltaba su mano y se la ofrecía a Calma, ella gustosa la aceptaba. Ahora caminaba tranquilo, disfrutaba lleno de una inmensa serenidad y paz. Ya no tropezaban ni había lesiones; desechada aquella molesta novia y agarrado con fuerza a la mujer que siempre quiso tener, avanzaba valorando el abrazo de Calma. Si en alguna circunstancia Ansiedad quería meter baza, siempre gritaba para espantarla: «¡ante todo mucha Calma!»! y salía despavorida.

Luis Fernández Terrón. médico de famila. astorga

tracking