El carbón ahoga su grito en Madrid
La Comisión de Seguimiento del Plan del Carbón se reúne hoy en Madrid —evitó hacerlo en León para eludir una mayor presión social— con altas exigencias y realmente pocas expectativas por parte de la minería leonesa, que seguramente volverá a oír decir al ministro eso de que «exigimos a las eléctricas y la Xunta de Galicia que retiren los recursos» presentados ante el Tribunal Europeo de Justicia. Hartas de la musiquilla de Miguel Sebastián y a la vista de las risas que causa en las eléctricas el estribillo tantas veces repetido, las mineras, que no han facturado un euro desde marzo, exigirán una vez más al Gobierno que aplique el decreto que regula los incentivos a la extracción y el consumo en las térmicas del carbón autóctono avalado por la Comisión Europea. Una vez que la Audiencia Nacional primero y el Tribunal Supremo después levantaron las medidas cautelares planteadas por las eléctricas para evitar que el carbón llegase a las térmicas, no quedan trabas en el ordenamiento jurídico español que impida la normalización de la actividad minera... salvo la pusilanimidad del titular de Industria y el miedo del Gobierno a encontrarse con un poco probable pronunciamiento en contra de Luxemburgo. El propio Parlamento Europeo ratificaba el pasado jueves su firme apoyo al decreto.
Si efectivamente las mineras no consiguen forzar hoy un cambio de postura del ministerio, si el Gobierno no adelanta los 301 millones de euros de ayudas a la producción correspondientes al 2011 y si, en fin, no hay un pronunciamiento inmediato de la Justicia europea, las consecuencias para la economía leonesa se agravarán mucho más allá de lo que supone tener a tres mil mineros en proceso de regulación de empleo, porque llevará a una situación de quiebra a toda la actividad industrial y comercial relacionada.
Tiene una maldición León con los ministros de Industria. Todavía resuena entre los muros de la vieja azucarera la advertencia de Montilla de que una cosa son las promesas electorales y otra la ejecución presupuestaria a propósito del proyecto del Palacio de Congresos. Pasó Clos sin pena ni gloria y vino Sebastián para hacer buenos a los anteriores.