Héroes con nombre y razón social
León cerró el año pasado con la pérdida de 774 trabajadores autónomos de los 42.904 registrados en toda la provincia, que además acumula ya casi cuarenta mil parados con un crecimiento superior al 60% desde que empezó la crisis. Mientras se buscan grandes cambios en la economía global, una espiral maldita atrapa y estrangula a los que de verdad generan empleo y riqueza: las pymes y los autónomos. Es así por dos razones fundamentales: las brutales restricciones en el crédito impuestas por la banca y la morosidad, asumida socialmente con una normalidad pasmosa. Si la los particulares es verdaderamente catastrófica, la de las administraciones resulta incomprensible, inadmisible y además inmoral. Doblemente inmoral, por cuanto son esas mismas administraciones las que cierren una mano al pago y abren otra a la financiación de las políticas de empleo que, a la vista de las cifras, no parece que hayan tenido demasiado éxito.
En esa situación, y aunque las cifras sean ciertamente modestas en ese contexto general, resulta gratificante la lectura de algunos datos y conclusiones que se ofrecen en este periódico en un reportaje sobre emprendedores y programas para estimular el autoempleo, así como los perfiles personales de algunos de los que buscaron por este camino y encontraron el éxito profesional. Hay en ellos rasgos particulares, pero muchas razones comunes que tienen que ver con la necesidad de salir del paro, el sueño de tener su propio negocio, convertir una habilidad en ocupación, ver concretada una vocación, reciclarse laboralmente o sencillamente conciliar la vida laboral y familiar. Casi trescientos leoneses lo han conseguido en los últimos años con la ayuda del Ildefe, la agencia de desarrollo local del Ayuntamiento de León, que extiende su actividad en ese campo a través del Vivero de Empresas y del Semillero para Emprendedores. Su ejemplo y el de muchos otros autónomos debería ser un buen estímulo para miles de leoneses sin empleo, aun cuando las circunstancias sean las peores posibles y alcanzar al fin ese sueño más que una conquista personal y laboral sea un acto de heroicidad.