Diario de León
Publicado por
felipe ramos
León

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E l paso a nivel del Crucero pasará a ser historia hoy mismo. Una historia de casi siglo y medio, en el que las vías han cortado como un cuchillo las alas del crecimiento de un barrio, el ferroviario, que sólo ha recibido en este tiempo el ruido de los trenes, el traqueteo y la polución de unos coches que se agolpaban detrás de cada bajada de barrera. Ya entonces, cuando el tren hizo por primera vez su entrada en la ciudad de León, se habló de progreso y de ganar el futuro. Pero ni lo uno ni lo otro. Con el paso del tiempo se ha demostrado que el tren para lo único que ha servido en León es para exportar ese progreso. Un progreso que se alejaba al mismo ritmo de ese tren que se ha llevado a la gente joven fuera de esta ciudad y de esta provincia. Una gente joven que se subía al ferrocarril en busca de nuevos retos, de unos sueños que aquí no tenía oportunidad de cumplir.

Hoy, León da el primer paso para recibir de nuevo al ferrocarril, que esta vez llega a alta velocidad. Y otra vez se vuelve a hablar de desarrollo, de progreso y de ganar el futuro. Y, curiosamente, otra vez son los políticos -”éstos no cambian, da igual las épocas-” quienes se apropian de ese discurso. Unos políticos que son los principales responsables de la decadencia en la que está sumida la provincia. Sólo un dato revelador: hace 20 años, León tenía aproximadamente 530.000 habitantes y España poco más de 38 millones. Hoy, España supera los 47 millones y León ha perdido el medio millón, que sólo se recupera en vacaciones y fiestas de guardar. Y eso por no entrar en comparaciones con Valladolid, para que no se molesten esos políticos que se han llevado todo para Castilla, incluida el agua que ahora parece que el Constitucional no les deja controlar.

León debe saber aprovechar la llegada del AVE, pero no para que los jóvenes se sigan yendo, ahora a mayor velocidad que antes si cabe, sino para importar progreso. La nueva estación, la provisional hoy y la definitiva mañana, y el nuevo tren de Alta Velocidad deben ser aprovechados y no dejar que languidezcan, como está sucediendo con el aeropuerto o con el Inteco, que ha cumplido cinco años y que desde la marcha de su verdadero impulsor, Enrique Martínez, sólo se sabe de él cuando descubre algún virus. Más parece la consulta del Doctor Mateo que un Centro de Referencia de Tecnologías de Comunicación.

León está hoy ante su último tren. Su futuro dependerá de que lo coja o no.

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