El Rastro vuelve a Papalaguinda con dudas

El Rastro vuelve hoy a Papalaguinda. Más de dos años después de que los vendedores levantaran por última vez sus puestos, el 3 de mayo del 2009, e iniciaran un enfrentamiento con el entonces equipo de gobierno PSOE-UPL. Una polémica que les mantuvo dos meses parados hasta que aceptaron la opción de ubicarse en la explanada del antiguo desguace de Clarés, donde, según los cálculos de los cerca de 400 vendedores ambulantes, las ventas se redujeron más de un 50% por la falta de clientela. Quejas que contrastaron con el aplauso de los comerciantes leoneses, quienes veían la medida como garantía para evitar la venta ilegal de falsificaciones.

Hoy, gracias a la decisión del PP y pese a las críticas de PSOE y UPL, la polémica revierte el papel de los protagonistas. Una nueva discusión en la que el equipo de gobierno intenta calmar las críticas con el anuncio de que se exigirá que los vendedores den ticket de compra a los clientes y que se perseguirá la venta de falsificaciones -”algo que se debería hacer con independencia de donde se instale-” además de que se cuidará que el paseo no quede lleno de basura cuando se levanten los puestos. Propósitos muy loables que deben vigilarse de manera exhaustiva para que, al final, nadie pierda con el cambio.