Pedaleando

El Ayuntamiento de León pondrá multas a quienes vayan en bicicleta por la acera, también al transeúnte que invada el carril bici. Pues deben darse prisa, porque como esto de la crisis continúe mucho tiempo este transporte sólo se lo podrá permitir el rey Ordoño, y ahora sin paje que pedalee por él. El resto tendremos que volver a las esparteras, que no generan gastos de matriculación. El Consistorio necesita recaudar. Toma, y nosotros. Hoy dará a conocer la deuda municipal, que alcanzará los 450 millones de euros. Uno por echar una mano a don Emilio está dispuesto a dejarse multar un poco, pero es que ni sancionando por respirar en la vía pública podrá cuadrarse alguna vez lo que es redondo como los nueves círculos del infierno. Para apretarse el cinturón hay que tenerlo, y aquí solo han quedado los agujeros. Si ya lo advertí, esto sólo se arregla marchándonos a poblar Ganímedes, o sea, empezando de cero allá arriba, en el espacio exterior. Obviamente, la Catedral nos la llevábamos. Y Patatas Blas. Y medio Bernesga. Y los chopos. Lástima que no podamos llegar volando en bici, como los niños de ET.

Indudablemente, hay quienes por la acera conducen tal medio de transporte como si se fuesen orinando. Multa a estos atilas de la velocidad. Ahora bien, no todas las prisas son iguales. Si una mujer se pone de parto ¿no está justificado que el padre de la futura criatura siente a la futura madre en el manillar y se salte alguna normilla? ¿Y al agotado peregrino también se le ha de multar por ignorar si Astorga es por aquí o por allá?

Mi amiga Susana Vergara siempre me recuerda una mudanza proeza que me vio hacer en bicicleta, allá por el año 1987; con los libros más o menos me apañé, incluso con las sillas, pero transportar el colchón fue una pesadilla. Hoy el Ayuntamiento me hubiese multado por surrealismo. De repente, hemos descubierto que la economía no funcionaba con motor sino con rudimentario pedaleo. Ah, Gamínedes, como un Nuevo Riaño, nos esperas con tus cráteres adosados y tu nada ancestral. La nave espacial está en los almacenes municipales, desde las fiestas de San Juan y San Pedro de 1962, aunque aún no se haya pagado, lo que no hay es dinero para tanta gasolina. Pues a multar, qué remedio.