Diario de León
Publicado por
FELIPE RAMOS
León

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Recortes. Seguro que les suena esta palabra. Y no sólo a los taurinos, aunque tranquilos porque no pienso disertar sobre el noble arte del toreo. No hay administración que se precie que no hable, un día sí y otro también, de recortar por aquí y por allá. Es necesario recortar el gasto público, dicen ahora con boato todos los políticos, porque las arcas no aguantan tanto dispendio.

Fuera coches oficiales y escoltas y teléfonos móviles y dietas y kilometrajes, que se lo pregunten al desorganizador del PSOE. Se acabaron los dispendios. Llega el momento de apretarse el cinturón. Señores políticos, una pregunta ingenua: ¿Por qué no lo han hecho hasta ahora? Lo peor es que nadie se siente responsable. Ni siquiera aquellos que les han pillado con un seguro de vida que les pagaban todos los ciudadanos de Valderas o de Cacabelos. Lo bueno de los políticos es que para todo tienen una explicación.

Que les cogen con las manos en la masa, pues será que están haciendo pan, hombre. No sean ustedes malpensados, que los políticos son buena gente y todo lo hacen por su bien. El de ellos, no sé si me entienden. Ya está bien de tanta impunidad entre la clase política. Es el momento de recortar, sí, pero no sólo en gasto público. Hay que recortar de la vida política a aquellos que han llegado a ella para medrar y aprovecharse de lo que es de todos. No puede ser que, mientras a un ciudadano se le persigue hasta las últimas consecuencias al primer fallo que comete con la Hacienda pública, por poner un ejemplo, los políticos, algunos políticos, campen a sus anchas y sigan haciendo de su capa un sayo.

Los únicos responsables de la actual crisis económica son los políticos. Y lo son porque a ellos les encomendaron los ciudadanos la gestión de lo público y, a la vista está, no es que no lo hayan hecho bien, es que lo han hecho rematadamente mal.

Ellos se van. Unos lo hacen con una millonaria prejubilación como el ex alcalde Francisco Fernández, también pagada por todos los leoneses, y otros al puestín que le han buscado los suyos antes de irse, léase Belén Fernández. Y la deuda, como los 400 millones de euros que debe el Ayuntamiento de León, permanece. ¿Y ahora qué? Pues a recortar, que la culpa es del chachachá, pero los paganini van a ser los ciudanos y si no, al tiempo.

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