El hermano rojo

Primero fue lo de los «morritos de Leyre Pajín» y ahora… A tenor de sus declaraciones desdeñosas con la sensatez, y de la mirada enmohecida a lo Buster Keaton que adopta cuando las dice, pareciera que está profesionalmente siempre de coña como los humoristas abstractos o los cómicos mordaces, pero no. De hecho él, polvo sudor y hierro el Cid cabalga escribió Manuel Machado casi en su honor, sí, él, el verbalmente extravagante alcalde de Valladolid, el demostrado experto en apreciaciones emitidas con audaz falta de sentido del ridículo, lo que dice despreciando el equilibrio parece que se lo cree de verdad.

¿Tardará en proponer ese castizo alcalde que el estatuto de autonomía recoja que el sol gira alrededor de Valladolid y que todo Galileo de León que ose discrepar se enfrentará a un legal auto de fe? Señores periodistas, denle la oportunidad en la próxima entrevista, tírenle de su seria e insolente lengua, y acaso lo hará.

No hace falta ser una lumbrera para forjarse una idea del actual orden y de las jerarquías urbanas de Castilla y León, como tampoco es necesario haber nacido muy listo para saber por qué esto es así.

Pero el sr. alcalde omite que la dimensión y proporción actual de Valladolid obedece a un diseño, un constructo y un deseo maquiavélicamente políticos.

De hecho, en lo que tiene que ver con nuestra comunidad autónoma, hay un refrán tan preclaro que parece ideado por un geógrafo o sociólogo o filósofo político para explicar el crecimiento de Valladolid y las razones por las cuales dice el sr Alcalde que indiscutiblemente esa ciudad es y será la capital única de la comunidad autónoma. El refrán dice así: el que parte y bien reparte se lleva la mayor parte.

La misma falta de finura que adolece Valladolid en sus declaraciones se corresponde con la forma gruesa e insolidaria de repartir instucionalmente entre las provincias, según parece.

Y luego, quienes producen las desigualdades, nos llaman miopes porque no vemos que obviamente quien más tiene es Valladolid y por eso, nos espetan en las entrevistas, es quien más vale…

Lo escribió Antonio Machado, el hermano rojo, también casi en su honor: «sólo un necio confunde valor y precio». Qué mundo.