Diario de León

PANORAMA

Luz y taquígrafos en Bankia

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La transparencia es la garantía del sistema democrático y la confianza es —o debería ser—, la piedra angular del negocio bancario. Sentadas estas dos premisas, no parece justificada la negativa del presidente del Gobierno a poner en marcha una comisión parlamentaria de investigación para averiguar qué ha pasado para que Bankia esté donde está y tenga que ser rescatada por el Estado con una aportación que ronda los 24.000 millones de euros. Inyección para evitar la quiebra, por decirlo con palabras del propio señor Rajoy en la improvisada rueda de prensa del lunes.

En la misma región donde habitan las preguntas sin aparente respuesta habría que situar la ambigüedad del líder de la oposición, el señor Pérez Rubalcaba quien dice querer que se investigue pero «sin ánimo vindicativo», lo cual sería tanto como pretender que los jueces juzguen pero sin dictar sentencias.

En Madrid no se habla de otra cosa. Y, naturalmente, circulan todo tipo de interpretaciones y rumores. Qué si ninguno de los dos partidos quiere remover el caso porque los dos tenían representantes en los consejos de administración de Bankia y en los de las cajas valencianas; que si en el caso del Partido Popular —que por disponer de mayoría en el Congreso de los Diputados podría mañana mismo poner en marcha una comisión—, no está por la labor porque los gestores responsables del agujero (Miguel Blesa, Rodrigo Rato, José Luis Olivas, etc) son gente del partido o amigos. Blesa, en la presidencia de Cajamadrid, fue un nombramiento de Aznar y Rato, de Rajoy, en contra, por cierto, de la opinión de Esperanza Aguirre que apoyaba a Ignacio González.

En fin, es opinión muy extendida que casi todos tienen alguna razón para no querer profundizar en el lado oscuro del caso. Incluidos los sindicatos que, como se sabe, también tenían representantes en el consejo de administración de la entidad que ahora depende de la inyección de ¡cuatro billones de pesetas! de dinero público para salvarse de la quiebra. A riesgo de quedarnos solos, tengo para mí que hay que insistir. Los ciudadanos tenemos derecho a saber qué ha pasado con el dinero, con las inversiones arriesgadas, con los favores concedidos, con los créditos injustificados. La democracia, es transparencia, así que: ¡luz y taquígrafos en Bankia!

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