Diario de León
León

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El infierno tiene una estación en los montes de Tabuyo. Una mancha de 40 kilómetros de pinos famélicos tiznados por el hollín hasta sus copas, ridículos de tan tiesos y desnudos, dignos sobre el manto de brasas que regurgita la tierra cada vez que la lame la brisa. Un escenario gótico en el que los corzos se desorientan y los hombres que apostaron por la tierra, por un modo de vida con el que no abandonar el pueblo y dar sentido al desarrollo rural, ven cómo su futuro se ha incinerado. Dónde huir ahora que se ha quemado el último refugio?

Las llamas desnudaron un paisaje retado a reinventarse otra vez. Dos generaciones, calculan los expertos, tendrán que avanzar para volver al momento anterior al cerillazo. La mano de un demente al que se busca para poner rostro a un acto sin sentido por el que, en el mejor de los casos, que se le descubra y condene, estará de nuevo en la calle antes de que el primer verdín alfombre la zona. Cómo hacer pagar un daño que depende del tiempo si no hay tiempo suficiente para que se cumpla?

Las pavesas volaron durante dos días por toda la provincia. Briznas de ceniza sobre los coche y las cabezas; esqueletos del fuego transportados por el vientecín de la atardecida más de medio millar de kilómetros al norte. Una nube ocre que tiñó el veraneo de agosto. Un sol de marfil que hizo de luna para descorrer el velo de la noche a las seis de la tarde. Un cielo negado por el que se coló la angustia de los vecinos en lucha por su herencia, por sus casas; en Castrocontrigo, en la Valdería... Quién se acuerda entonces de que las administraciones han arrebatado al pueblo la costumbre de cuidar el monte como algo suyo?

El fuego se consumió bajo la brega de los más de dos mil brazos reunidos en el operativo conjunto, mientras los políticos se asomaban a las fotografías en mangas de camisa. Los mismos representantes de la Junta que se arremangaron para recortar el pago de las guardias a los agentes, para rebajar el presupuesto de limpieza de los montes, para dar por buenos los telares de vehículos de los forestales, para consentir que cobre menos un chaval que se desloma 8 horas diarias para desbrozar los bosques que un procurador autonómico por ir a cuatro plenos a levantar la mano cuando le digan. Cuándo comprenderán que lo importante no es huir de la quema, que en una zanja que se salta el fuego se debaten vidas, que, entonces, serán ellos quienes deban responder por qué?

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