El gasto público precisa lógica y total claridad

Las distintas administraciones llevan meses, algunas incluso años, intentando ajustar sus gastos. Se intenta eliminar todo lo prescindible y especialmente aquellos gastos que no parecen lógicos. Y dentro de esa política en la Junta han decidido eliminar los alquileres de aquellos locales que no son necesarios. El objetivo es loable y pasa por optimizar los recursos propios, algo lógico incluso aunque no hubiera crisis económica. Si existen espacios de la propia Junta disponibles se trasladan las dependencias a estos para evitar pagar alquileres.

Pero en todo esto surge la paradoja de que los recortes y los ajustes no son para todos. El Museo de León paga 11.000 euros al año por alquilar un local en Villaquilambre de 184 metros útiles donde tiene depositados algunos palieres con cajas y algunas estanterías con piezas. El contrato firmado en el 2005 con la constructora de Santos Llamas le ha supuesto para el ex presidente de la Caja más de 87.000 euros de beneficio.

El plan para ahorrar en alquileres en León y que ha supuesto incluso el traslado de sedes de organismos de la Junta como el Injuve supone un recorte en el gasto de 6.000 euros. Poco más de la mitad de un solo alquiler de difícil explicación.

La administración autonómica dispone de edificios propios sin ningún uso. Éste es el caso del antiguo Laboratorio Agropecuario.

El gasto público debe medirse en estos momentos con especial cautela. Y siempre exige máxima transparencia.