Acuerdo en ordenación beneficioso para todos

El pacto sobre el modelo territorial se presumía ya el miércoles, en la primera sesión del Debate de Política General en el Parlamento autonómico. El titular del Ejecutivo autonómico, Juan Vicente Herrera, tendió entonces la mano al portavoz socialista, Óscar López, avanzando en público algunas modificaciones que ambos habían discutido en privado. No eran cuestiones menores, sino muy relevantes. Entre ellas, que el futuro mapa de las unidades básicas y áreas funcionales estables no se solventará en un mero decreto, sino que se recogerá en una norma con rango de ley.

Igual de relevante fue el compromiso de Herrera de recoger en el proyecto de ley de Ordenación Servicios y Gobierno del Territorio que, a partir de la aprobación del mapa, se abrirá un plazo no inferior a tres años para adaptar los servicios al nuevo diseño territorial.

Con estas mimbres, Junta y oposición han confeccionado un cesto que completaron con otros acuerdos, como un plan de empleo, dotado con 30 millones, y una posición común de cara a la negociación del futuro modelo de financiación.

Los pactos, siempre difíciles entre un gobierno y la oposición, suelen ser beneficiosos para el conjunto de los ciudadanos, que agradecen, más aún en los tiempos que corren, el consenso político. Un consenso tanto o más obligado en el caso de la ordenación del territorio, ya que se trata de un proyecto de tal envergadura que puede representar una profunda transformación en la organización administrativa y de servicios de la Comunidad.