Diario de León

TRIBUNA

Unas fotos de Mansilla y algo más

Publicado por
luis miguel vila Doctorando en historia
León

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LLos hombres sin historia son la Historia», escribía el historiador Marc Bloch a principios del siglo XX, haciendo honor a la corriente historiográfica de la Escuela de los Annales que fijaba la mirada en la historia de las gentes y no en la historia de los acontecimientos. En los últimos años han surgido nuevas maneras de entender la historia, con numerosos enfoques que deben mucho a los postulados de los Annales. Estos nuevos estudios reflejan una historia de las maneras de vivir, de la vida cotidiana, de la gente corriente, de aquellas personas que no tienen poder. Así, ahora encontramos trabajos de historia de los sentimientos, de la vida cotidiana, de la alimentación, del ocio, de las mujeres… se han ampliado las facetas humanas susceptibles de ser historiadas.

El objetivo final de estas nuevas tendencias es humanizar la historia. Lo dicho entra en relación con la presentación en la villa de Mansilla del libro de fotografías «Patrimonio fotográfico de Mansilla de las Mulas» que recoge una colección de fotografías antiguas en blanco y negro recopiladas entre los vecinos cuyo marco cronológico abarca todo el siglo XX. De las imágenes de este libro queremos hacer énfasis en su contenido antropológico y etnográfico, ahí se visualizan usos y costumbres de nuestros pueblos como el piso, el cantamisas, las danzas de paloteo, aluches, carnavales, quintos, cucañas, trillas, vendimias, ferias, comensalismos comunitarios como los domingos tortilleros, ritos religiosos e indumentaria tradicional, ahí están también aperos de labranza como carros, volteadoras, trillos, aventadoras, segadoras, arados y carriegos.

Este acontecimiento nos sirve de reflexión sobre la fotografía y su relación con la ciencia en general y la historia en particular, abundar en el punto de vista estético en la investigación, de que la imagen es una aproximación a la ciencia más sensible, más flexible y más cercana. Es aquí donde justamente queremos situar esta edición de documentos visuales de escenas de la vida cotidiana de Mansilla de las Mulas. La fotografía realista es una forma de tratar con la experiencia y hacerla más inteligible colocándose en la frontera entre un enfoque artístico y humano y el enfoque estricto como fuente historiográfica.

Desde un punto de vista lógico sabemos que todos los sistemas teóricos pueden ser refutables desde innumerables puntos de vista dependientes de la subjetividad del observador, es decir, si hay muchos puntos de vista desde los que podemos acercarnos a la ciencia es igual de válido acercarnos desde un punto de vista de sensibilidad, belleza, u otras consideraciones de carácter estético, buscando establecer asociaciones sensoriales en busca de emociones e identificaciones trasmisoras de conocimiento. En la historia las fuentes estéticas ayudan a aliviar a sus estudiosos de la obsesión por el rigor documental y las series estadísticas. Es por estos motivos que entendemos que es válida la utilización de la fotografía como un método cualitativo de investigación histórica.

Llama la atención el realismo y naturalismo de esta colección de fotografías, recopiladas, identificadas y seleccionadas con esmero por Antonio García, como ejemplo de la utilidad de las imágenes como herramienta de estudio histórico, mostrando las costumbres y los detalles de una cotidianidad cultural, simbolizando la austeridad y humildad de la época con el monocromatismo de las cámaras en blanco y negro del momento.

Nada más útil que estas fotografías para reflexionar sobre nuestro pasado, sobre los cambios sociales y culturales ocurridos en nuestra sociedad. Igual que el notario levanta actas escritas con su pluma el fotógrafo levanta actas visuales con su cámara. El poder de la imagen reside en que la experiencia se interpreta, se organiza y da sentido a una mirada. Con ciertas imágenes, y aquí podríamos incluir las de la vida cotidiana, participamos a través de una identificación con los mensajes recibidos y compartimos con el grupo unas mismas vivencias, de alguna manera el yo individual se desvanece para formar parte emocionalmente de una colectividad.

Las imágenes que aparecen en el libro coordinado por Antonio García, Félix Llorente y Javier Cuesta cumplen tres grandes funciones, por una parte la documental como testimonio de una realidad singular que está cercana a no repetirse nunca más, por otra parte una función emocional, ya que busca hurgar en nuestra sensibilidad respecto a la vida en los pueblos de nuestra provincia y, por último, una función textual, la fotografía es un medio de transmitir ideas y conocimientos, además en este libro esta función textual está reforzada por las reflexiones y relatos, latentes en la memoria, escritos por el cronista oficial de la villa Félix Llorente que para una mejor comprensión de los contenidos de las fotografías ha contextualizado literariamente las imágenes en grupos temáticos.

Podríamos añadir una cuarta función estrictamente sentimental, válida únicamente para los vecinos de esta villa, formada por el interés expectante que sienten al ver que, además de su historia familiar, protagonizada junto con sus parientes y amigos, han construido una historia colectiva con sus paisanos, que les singulariza en el presente y les refuerza anímicamente para los retos que, como comunidad, tendrán que afrontar en el futuro. Deseamos que sigan uniéndose más eslabones en esta cadena de pueblos leoneses que, como Mansilla, ya han recopilado y publicado su historia visual y emocional. Sería deseable que a la vista de esta serie de fotografías antiguas el espectador intente conocer el entorno en que se ha desarrollado esta vida tradicional y cotidiana, bien visitando Mansilla de las Mulas o, mejor aún, conociendo y hablando con sus protagonistas, un paisaje y un paisanaje que, con seguridad, no les va a defraudar.

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