Diario de León
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cayetano gonzález
León

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Ha irrumpido en la vida del PSOE con una fuerza y un vigor que sólo se puede explicar por el estado casi comatoso en el que se encontraba su partido tras el batacazo sufrido en las elecciones generales de hace dos años, donde cosechó los peores resultados desde la transición democrática. Susana Díaz es la nueva lideresa del PSOE, su esperanza blanca, alguien que ha devuelto la ilusión al militante socialista bastante alicaído en los últimos tiempos. Fue el propio Rubalcaba el que en el Congreso de los socialistas andaluces celebrado este fin de semana empleó la palabra «poderío» para definir a esta dirigente que hasta hace muy poco tiempo era una perfecta desconocida en la política nacional.

La federación andaluza del PSOE es, por número de militantes, la más importante del partido, un dato muy importante a tener en cuenta a la hora de elegir a los líderes o candidatos socialistas. Lo cual no quiere decir que siempre se salga con la suya, porque conviene recordar que en el último Congreso del PSOE celebrado en enero del pasado año, Susana Díaz apoyó con todas sus fuerzas a Carme Chacón en su pugna con Alfredo Pérez Rubalcaba por la secretaría general del PSOE, con el resultado de todos conocido.

A la espera de que el próximo Comité Federal del PSOE que se reunirá en enero fije la fecha de las primarias para elegir a quien será candidato del partido a la presidencia del Gobierno en las elecciones generales de 2015, el relevo generacional llevado a cabo en el PSOE de Andalucía con la retirada de Griñán y la irrupción de Susana Díaz parece querer indicar a Rubalcaba el camino que debería seguir el. Pero el actual secretario general de los socialistas aparenta no darse por enterado ya que de momento no ha mostrado, al menos públicamente, ningún indicio de cual va a ser su decisión de cara a un futuro: es decir, si se retira o si por el contrario se presenta como candidato a las elecciones primarias.

Y mientras se mantiene abierta esa expectativa de relevo generacional al frente del PSOE, en el PP hay también varias incógnitas por despejar, empezando por la propia Andalucía, donde a día de hoy no tienen ni líder ni candidato para unas hipotéticas elecciones autonómicas que Susana Díaz podría adelantar. Da toda la impresión que los populares dan por imposible gobernar en una Comunidad autónoma donde nunca lo han hecho y donde tuvieron su oportunidad de oro en las últimas elecciones autonómicas en marzo del pasado año, que ganaron pero sin la mayoría suficiente. Y si a eso se une la posición de enorme debilidad del PP en Cataluña y en el País Vasco, junto a la posibilidad de perder los gobiernos de la Comunidad de Madrid y de Valencia, alguien en la calle Génova debería empezar a preocuparse y dejar de vivir del recuerdo de la mayoría absoluta de hace dos años.

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