Diario de León
Publicado por
PEDRO TRAPIELLO
León

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Todo padre de por aquí no alcanzará perdón en el juicio final si no llevó a sus hijos al menos una vez a bautizarles con vértigos en la garganta del Cares... y colarles en la grandiosidad de la montaña en el valle de Valdeón, aunque sea diciéndoles que esa es la Tierra Media que gobiernan y disputan un ogro con despacho y un rebeco sin él... o que algunas veces han visto por aquí al Señor de los Anillos e incluso a la Barbie de las Nieves vestida de armiño emperatriz.

Bautismo de peña... y de cuento.

Es educativo, divertido, iniciático. De pequeños, impresiona y deja una huella indeleble esa montaña brutal.

Pero el 96% de los leoneses no conoce esa garganta teniéndola al lado, así que el portero del juicio final se va a reír un rato mandando cazurros a las calderas de Pedro Botero: no es venial el pecado, es mortal e imperdonable.

Confío en que la ignorancia de la cazurrancia sea conjurada por esa tentadora senda de la ruta del Cares que se habilitará entre Posada de Valdeón y Caín, vieja trocha vecinal que pueden hacer críos y gente mayor, pues no presenta mayor dificultad, o sea, el recorrido ideal para esa excursión familiar iniciática con la crianza, festiva con la peña o caramelona con la churri.

Sabe además el lector que esta Ruta del Cares que ahora se inicia en Posada ha escocido a la asturianía vecina que quiere creerse propietaria del nombre, del río, del santo y la limosna.

Pues razón de más.

Pero la razón poderosa será siempre la espectacularidad de este trayecto que históricamente hicieron las gentes de este valle, incluso en tiempos modernos cuando una riada devastadora, como la de 1980, se lleva todos los puentes y hay que volver a las viejas andadas. En fin, tiene este recorrido mucho que ver, pero aún mucho más que contar si lo ilustra Isidoro Rodríguez Cubillas, Dorín , que es la enciclopedia montañera de Picos de Europa y cuya joya alpinista, el Naranjo de Bulnes, lo sube a ciegas lo mismo que lo subía descalzo Gregorio Pérez «el Cainejo». El mito, la historia y la leyenda van jalonando estos pasos y el andariego oirá hablar de lobos en el Chorco, de Pelayo, de los quesos de Cordiñanes...

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