Diario de León
Publicado por
JUAN CARLOS FRANCO
León

Creado:

Actualizado:

Pese al clamor de más de cinco mil bercianos, a los que les duele su hospital, nadie de los que tienen mando en plaza moverá un dedo para cambiar el destino de esta unidad. Nadie descolgará el teléfono para conmutarle una sentencia fijada en el calendario para el 1 de julio. La protesta sólo habrá servido para la reafirmación a los convocantes de que la razón, igual que la ciudadanía, está de su lado, y que sólo el autismo de gobernantes cada vez más sordos les va a privar de una reclamación justa. Porque si nuestros políticos son los encargados de velar, así lo argumentan, porque cuadren los números, no es menos cierto que los que contribuyen a llenar las arcas públicas le están diciendo alto y claro, a qué quieren que le den prioridad a la hora de gastar los dineros que aportan.

Sin embargo, los mensajes de los ciudadanos, y mira que son sencillos, no terminar de calar entre los políticos, empeñados como están en enrocarse en sí mismos. Prefieren brindarse en cámaras insonoras en las que no penetren las caceroladas de la calle. Están tan dedicados a ailarse del mundanal ruido que su próximo objetivo, del que ya se ufanan en público, es lograr que los trenes enmudezcan. Nada de más vías de alta velocidad (esa lucha ya la perdimos hace muchos años), ni de acortar tiempos de viaje. Su prioridad ahora es conseguir que en los viajes, como en aquellos tiempos en el aula de estudio en los paúles, no se escuche ni el vuelo de una mosca, so pena de arrojarla del convoy en marcha.

Está la cosa como para volver a plantear eso del tren turístico de la MSP, cuyo sonido volvió a entusiasmar el pasado fin de semana a los bercianos. La 31 volvió a bramar, cansada de haberse convertido en un tigre enjaulado. Pidió raíles pero fue como clamar en el desierto ante la sordera de quien tiene que tocar el silbato y mover la banderita para que arranque su viaje. Sus limitados movimientos, en un repetitivo adelante y atrás se asemejó al del caballo de carreras en el box de salida, pero sin encontrar nunca la pista abierta. Con su centenar de años dio un paso al frente para capitanear el reto del tren turístico del Sil. El encendido de sus fogones dejó claro que por ella no iba a ser. Las miradas de nostalgia de los mayores y la ilusión reflejada en los ojos de los niños le dieron su consentimiento para retomar su cabalgar hacia Villablino. Sin embargo, los nuevos sordos tampoco la oyeron.

tracking