EDITORIAL: A-60: de la voluntad política a la concreción del proyecto
Los equipos técnicos del Ministerio de Fomento y la Junta trabajan de manera conjunta para encontrar una solución que pemita la continuidad del trazado de la autovía León-Valladolid en el tramo entre Puente Villarente y Santas Martas. La A-60, un proyecto que arrancó hace dos decenios, se encuentra paralizada a la altura de Lancia desde que en 2011 la Comisión de Patrimonio Cultural de la Junta obligó a adoptar medidas correctoras para hacer compatible la construcción del vial con y la conservación de los restos arqueológicos del yacimiento declarado Bien de Interés Cultural en 1994.
La ministra Ana Pastor, que hizo ayer ese anuncio en Valladolid, no fue más allá en sus explicaciones. La propuesta técnica debe garantizar la conservación e interpretación del yacimiento prerromano. Si efectivamente eso hace inviable la solución de tapar los restos para dar continuidad al vial, la alternativa es un nuevo trazado, una solución que Fomento siempre trató de evitar por las dificultades físicas para encontar un corredor que no altere sustancialmente el proyecto y que no dispare los costes. De esa solución técnica se informará «detalladamente» una vez que se haya alcanzado, prometió Pastor, que tampoco concretó plazos, aunque habló de inmediatez. Fomento abrió al tráfico el tramo Valladolid-Villanubla, de 17 kilómetros, en octubre pasado, y antes, a finales de 2012, puso en servicio los 7 desde León a Puente Villarente. Pero no se sabe nada más de los 90 kilómetros que separan Santas Martas de Villanubla, es decir, el grueso de la obra, salvo que está en estudio informativo.
La A-60, una infraestructura prioritaria para esta provincia y para la vertebración de la comunidad autónoma, bate todos los récords de incumplimientos políticos de los sucesivos gobiernos, de manera que si la ejecución de las obras no es ya —reiteró la ministra— un problema de dinero, ¿cuál es el problema?