Carlota

Sería una auténtica bomba de relojería pactar con Ciudadanos sólo por conseguir votos. En un futuro ya se verá». Hombre, Ana Carlota, sólo por conseguir votos, no, pero por tocar poder... que a estas alturas no me voy a llevar las manos a la cabeza, que ya estoy en la cuarentena y la ingenuidad hace tiempo que se quedó en el recuerdo, pero, ya me disculparás si te digo que me pareces un poco desahogada, la campeona de la deserción, que no utilizo el adjetivo de traidora porque esto no deja de ser una insignificancia, sobre todo en León, donde el coordinador del partido naranja tiene su oficina en Sáenz de Miera, o sea que todo eso de la regeneración y el cambio y no sé cuántas cosas más están, eso, de más, y el fin vuelve a justificar los medios, aunque esos medios sean los que nos lleven al cortoplacismo más inmediato.

Tengo un amigo que siempre me dices que no sea naif, que todo esto no es más que una fiesta que tenemos que pagar y a la que nunca nos invitarán, que puede que haya nuevos comensales, que nos darán las gracias cuando les sirvamos, incluso puede que nos dejen comer las sobras pero, desengañémonos, Podemos y Ciudadanos son parte del atrezzo que el poder maneja para mantener el espejismo, que las mejores ilusiones son las que desaparecen mientras nos acercamos al horizonte.

Todo es parte de la misma ficción, no es más que la puesta al día, el aggiornamento del tiburón, que si no sigue avanzando, muere. Los gigantes tienen que actualizarse y encontrar nuevos trajes con los que camuflarse. Crear imposturas es una de ellas, haciéndonos creer que las cosas pueden cambiar. Sólo así, mientras estamos distraídos con el brillo de la posibilidad, puede el poder reinstaurar una nueva era de certezas. Porque la mayoría de nosotros necesita creer, por eso, porque es más fácil desmontar la verdad que acabar con una mentira, estas elecciones serán la manera de que todo siga igual. Les habrá que pierdan, pero no se engañen: será como soltar lastre. También desapareció UCD, que fue la herramienta utilizada por el sistema para que el engranaje resistiera otro medio siglo.

Muchos creen que se abrirán las aguas del Mar Rojo y comenzará la travesía hasta la tierra prometida. El problema es que ninguno de nosotros lo veremos y, además, ya ven cómo está Tierra Santa.