... da dos veces

L o dice el refrán: «Quien da primero ... da dos veces» tal vez porque la sorpresa juega a su favor y el otro al defenderse da, pero ya quien empezó le replica y así siempre va por delante. De eso se trata. Tenemos la suerte de que en León sigue habiendo gente que piensa. Y así el catedrático de Aeronáutica de la Universidad de León Ángel Alonso dio ayer a conocer, a través de este periódico, su proyecto para crear una autopista de drones para el transporte. Es una idea a desarrollar y puede parecer de ciencia ficción, pero lo cierto es que en cuestiones científicas la ficción cada vez está más cerca de hacerse realidad, como ya ha quedado demostrado un montón de veces y de forma contundente.

Tenemos la suerte de que alguien ha tenido una idea brillante y de una manera realista expone los pros y los contras de un proyecto pionero, que sólo con su realización puede demostrar si es factible o no. En cualquier caso la realidad hará que se vaya adaptando para superar obstáculos que surgirán sobre la marcha.

Lo único insalvable por ahora puede ser que los políticos no tengan la amplitud de miras necesaria para favorecer —o, por lo menos, para no entorpecer— un proyecto que, en principio no parece un saco sin fondo (como otros, tipo palacio de Congresos, aeropuerto o, incluso, estación provisional de tren...) del que se escapan precisamente los dineros. Éste es un proyecto que no supone mucho en inversión inicial, pero puede ser fundamental para el futuro de una provincia que está situada estratégicamente, aunque con malas artes nos hayan hecho creer que esa estrategia logística ya no se puede utilizar y por eso nos llevan todo lo que teníamos como cabecera o nudo del noroeste peninsular.

Antes de que sólo nos quede la Catedral (y hasta que a alguien se le ocurra desmontarla con las piedras numeradas para ponerla en otro sitio ‘más atractivo’) y de que se haya hundido del todo una provincia bella, rica y generosa en su naturaleza como pocas, antes —digo— sería bueno que nos empeñáramos en sacar adelante este proyecto de los drones, que no nos arruinará más de lo que estamos, pero que puede sacarnos del hoyo en el que nos hemos metido con mucha ayuda de vecinos y ‘amigos’ de esos que nos sobran por no tener enemigos.

Lo que hace falta es que, tras las próximas elecciones, el ganador no se mire el ombligo y se atreva a ver el futuro sin miedo y sin oscuros intereses. Amén.