Diario de León
León

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Andaba uno entretenido en leer a primera hora de la mañana la noticia sobre la reconstrucción de himen de Leticia Sabater, cuando de repente se me coló un mensaje como si hubiera algo más importante que la vuelta a la virginidad de una mujer que era capaz de hacer chistes en horario infantil sobre las ganas que tenía de comerse un perrito caliente. «Herrera con Alsina», me avisan. «No ha confirmado al cien por cien que sea el candidato a la investidura», insisten. «Acaba de meter una hostia al ministro», rematan. Imaginen la escena: yo en el baño, en mi momento all bran, y la Comunidad a punto de desmoronarse. El impacto se multiplicó antes de media mañana hasta el punto de que en los medios nacionales tuvieron que buscar en la wikipedia cómo se llama el presidente de la Junta. Herrera se convirtió en el hombre del día por unas declaraciones en las que le pedía a Rajoy que se mirara en el espejo para saber si debe volver a presentarse, como si ese tipo de decisiones pudieran abandonarse al criterio de un extraño. Una crítica descarnada, se atrevieron a apostillar los más osados, que ignoran que no hay nadie más parecido a Rajoy que Herrera.

La entrevista le sirvió el líder autonómico popular para purgar los pecados en carne ajena, con el ministro de Industria convertido en blanco de los dardos como si fuera un ente extraño que hubiese definido a espaldas del resto la postura del Gobierno con la minería: Soria pude ser un arrogante, un soberbio y un enterrador, pero no una isla, aunque haya presidido Canarias. Con este balance de daños, a Herrera le dio para convertirse en víctima, sin tiempo para hablar de que la pérdida de su mayoría absoluta por tan sólo un procurador a lo mejor también se debe a que no ha sabido frenar la despoblación, a que la pobreza hace que apenas el 16% de las familias lleguen con facilidad a fin de mes, a que el desempleo se ceba con zonas como León mientras se mima el triángulo de Valladolid, Burgos y Palencia, a que ha impulsado leyes de interés regional a la carta como la de San Glorío que le han tumbado los tribunales o a que tiene consejerías convertidas en ventanillas únicas para los colegas como la de Economía y sus parques eólicos... Eso no se oyó, entre tanto ruido sobre los demás y su marcha inminente, según pronostican quienes presumen de conocer las claves herrerianas, que es una suerte de clave de bóveda para que no se venga abajo el invento. Yo, que no las conozco, tengo clara una cosa: si lo de Leticia Savater se arregla con un zurcido, Herrera después de esta operación queda para estrenar.

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