Diario de León
Publicado por
maría j. muñiz
León

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R eunámonos. Debatamos. Sentenciemos. Prediquemos. Arrimemos el ascua a nuestra sardina. Hagamos tabla rasa de lo pasado y cojamos con impulso la ola electoral que está a punto de romper. Revolvamos el pretérito y el presente condimentado con lo circunstancial, obviando lo estructural. Hinquemos el diente en yugular ajena untando ajo en la propia para aliviar picores de antiguos errores. Revolvamos el agua para mayor ganancia de pescadores de toda calaña. Juguemos con malabarismos imposibles para reclamar lo anhelado sin pisar más el callo a los nuestros.

Es el compendio de todos los cuentos. Aladino y su lámpara con más humo que maravillas; Ali Baba y su pléyade de tramposos; abracadabra, aquí al final nunca hay nada; caperucitas haciéndole guiños al lobo; pulgarcitos dejando rastros de documentos que giran sobre las mismas invisibles rotondas del absurdo; David (bien armado) frente a Goliat (enrocado en su indiferencia) en cada esquina de la lucha contra quién sabe qué. Al final, contra el absurdo que no atiende lógicas; pero también contra el pasado de lo consentido que hoy se torna tiempo irrecuperablemente perdido.

¿Más pistas? Pasado, presente y escalofriante futuro de una minería del carbón a la que décadas de ‘allá voy’ han pillado al fin con el pie cambiado. Se acabó, por las bravas. Se acabó sobre las cenizas de lo consentido que no debió serlo, y sobre el esperpento del precipicio que se abalanzó despeñando antes de tiempo y sin contemplaciones una realidad que acaba dejando en evidencia a todas las partes implicadas. Lamentablemente, también en pañales (o sin pañales) a muchas de nuestras ahora indefensas y sorprendidas gentes.

Lo lamentable, lo vomitivo, es la instrumentalización de todo el despropósito minero y del sufrimiento de las cuencas. Palabrería construida sobre la oportunidad del momento y el olvido de la responsabilidad de lo ejecutado o consentido. Lo terrible, que el vómito demagógico evidencia en general un patético desconocimiento del complejo entramado energético. Lo asqueroso, que en esta tierra siga utilizándose sin complejos ni remordimientos la rentabilidad política del carbón.

Hay mucho que callar. La minería está asqueada de escuchar sandeces y afrentas de promesas futuras sustentadas sobre traiciones pasadas o presentes. Los profetas, chamuscados por lo hecho o lo consentido, que ahora muestra sus consecuencias en toda su magnitud. En cuestión de carbón, aquí todo está quemado.

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