Diario de León
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al trasluz eduardo aguirre
León

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P arece que fue ayer, pero no. León empieza ya a conmemorar el aniversario de la creación del acuertelamiento romano que dio origen a esta ciudad. El acontecimiento lo merece. Los romanos no se dedicaron a repartir tabaco, que se lo digan a San Marcelo, nuestro centurión mártir. Aún así, qué importante legado el de Roma. La concejala de Cultura, Margarita Torres, presentó un programa de actividades para este fin de semana. Sus conocimientos siempre garantizan que la divulgación no derivará en cachondeillus anacronicum, aunque siempre habrá que hacer concesiones al espectáculo. Lo importante es que sirva para interesar por este pasado, a propios y a extraños; aparte, claro, de para dejar sestercios en la ciudad. Torres estuvo flanqueada por tres señores vestidos de época, con sus escudos, cascos y armas. La barba de uno de ellos, a juzgar por la fotografía, era de las de pelillos a la mar. Iban hechos unos pinceles. Saltaba a la vista que la mili la hicieron en el Gobierno Militar. ¡Esos uniformes necesitan más polvo! Se me podrá argumentar que iban de domingo. Vale, aceptamos peplum. El título de la programación, que aspira a arraigar, no puede ser más bello: Natalicio del águila. También el cartel anunciador tiene fuerza.

El ser humano siempre ha reído, incluso en los tiempos difíciles. Cuando Mary Beard, catedrática en Cambridge y una de las voces más autorizadas en el mundo clásico, fue preguntada por un periodista de El País si sabía algún chiste que contasen ya los antiguos romanos asintió picarona. «¿Pero tú no estabas muerto?», le pregunta un legionario a otro. «Ya ves que no», le contesta. Y el otro recela: «No sé yo, no sé yo... me fío mucho de la persona que me lo dijo». Un gag con 2.000 años. «Muy Monty Python», apostilló. «Nada nuevo hay bajo el sol», se dice en el Eclesiastés.

La Historia ha tenido que recorrer un muy largo camino hasta llegar a este hermoso viernes, en el que, en el Sala Región del ILC, rememoraremos a Pessoa, interpretado en un libro por veintiocho poetas y con las ensoñaciones plásticas del berciano Ricardo Ranz. Hoy sí hay algo nuevo bajo el sol. Esta vez, pues, debemos añadir un casi. Y cuánta belleza y verdad caben en un humilde adverbio.

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