¿Sueldo? Un dolar. ¿Y si tuviese la razón?

T odo tiene su cara y su cruz. Para unos un hombre denostado, intratable, tosco, no amable con las mujeres, un poco avasallador y siendo el foco de la película.

Para otros, un empresario avispado, un hombre de este tiempo, arriesgado, creador de riqueza, triunfador en la vida empresarial y quizá en la personal, y, desde luego muy, muy ambicioso.

La realidad; un hombre que con su esfuerzo y el de su equipo, ha logrado más votos que su oponente política, precisamente una mujer. Él es el Sr. Trump y ella la sra. Clinton. No ha sido una campaña modélica, lo digo para los estudiosos del tema. Ha habido mucha mala leche ‘underground’ y al final, y contra pronostico ha ganado el más fuerte, el mas bravucón, el menos malo, quizá.

La gente, creo que no sólo en EE UU está cansada de promesas incumplidas de los políticos, de conversaciones vacías, de ‘yo voy a arreglar esto en dos patadas’ y, la verdad sea dicha, todo es más difícil de lo que parece. Y esa gente allí y otras en otros lugares, comienzan a plantar cara, si se me permite la expresión, a lo tradicional, a lo de siempre, a lo un poco rancio. Y quiere conocer otras cosas que les garantice, a ellos, más bienestar y, por tanto, mejor nivel de vida. Quieren ver caras nuevas, jóvenes y descubrir quien les puede ayudar de verdad.

El Sr. Trump, apareció como un tornado típico de su país. Y comenzó su show llamado campaña electoral. Y se encontró con una «clientela» expectante de cosas nuevas. Y dispuesta a escuchar. Y escuchó, pero no confesó ante los encuestadores. Por eso, hasta última hora, la Sra. Clinton seguía en cabeza, aunque con escasa diferencia, en las encuestas. Hay que tener mucha moral y muchas ganas de poder, para resistir una presión como la que han soportado los dos candidatos. Y lo han hecho. El despacho ovalado de la Casa Blanca, tira mucho.

Y ahora, y hasta el 20 de enero/17, fecha en que el Sr. Trump, tendrá la llave de esa casa deseada por muchos pero habitada por muy pocos, hasta esa fecha, tendremos que oír, ya muy centrados en el Sr. Trump, sus cualidades, sus defectos, sus fortalezas y debilidades, sus objetivos, sus preferencias y sus innovaciones que, seguro, las habrá pero, deberemos tamizar todo eso, hasta llegar a los verdaderos objetivos y las verdaderas maneras del Sr. Trump que, todavía desconocemos.

Desarrolló una campaña con mucha fuerza y con argumentos que expresaban dureza, con relación a lo conocido. Ahora, ya presidente electo, el tono ha bajado y el cauce se hace más transitable. El Sr. Trump no es un extraterrestre, es un ser humano aunque muy distinto a lo conocido, pero es humano. Hay que esperar, por tanto reacciones humanas y si me permiten, reacciones positivas para muchos. Eso es lo que la gente espera de él. Su primera declaración diciendo que será el Presidente de todos los estadounidenses, no difiere mucho de lo primero que suele declarar un Presidente electo en cualquier país del mundo. O casi en cualquiera. Por eso lo prudente es esperar. No adelantar acontecimientos.

Han sido millones las declaraciones y los chistes que, desde su propio país al resto del mundo se han hecho en contra del Sr. Trump. Es el juego de la política, al que todos estamos apuntados aunque digamos que no queremos. Pero lo bueno es lo que se haga, no lo que se diga. Eso es así y así será en el futuro.

Los americanos después de muchos años de su democracia, van a ser gobernados por el partido del Elefante. Ojalá no se porte como aquel de la cacharrería. Hay pues que estar pendientes de los primeros pasos de ese gobierno, después del 20 N. Solo entonces, tendremos elementos de juicio, pruebas de la bondad del camino elegido.

El Sr. Tramp que, ahora, con el consejo de sus asesores, tiene que cambiar su imagen hacia mejor, ha dado un primer aldabonazo dirigido, con seguridad a los que le tildan de su obsesión con el dinero, declarando que su sueldo como Presidente de EE UU se la rebajará a un solo dolar.

¿Y si tuviese razón en las promesas que está haciendo?

¿Qué ocurriría? Ahí lo dejo.