EDITORIAL | Empleo, jubilaciones y pensiones: entre la realidad y el debate social

Bajo el lema Stop al encarecimiento de la vida. Empleo y salarios dignos, los sindicatos mayoritarios iniciaron ayer en Madrid las movilizaciones que se extenderán a más de cuarenta ciudades de todo el país hasta el jueves. Las marchas han sido convocadas en protesta por el empobrecimiento que genera la inflación frente al nulo crecimiento de los salarios y pensiones y el aumento de la precariedad laboral. Pero también como consecuencia de los fuertes incrementos experimentados de los suministros básicos y la subida «pírrica» del 0,25 % de las pensiones fijada por el Gobierno.

Un informe que publica hoy este periódico revela que los pensionistas prejubilados leoneses cobran un 29% más que los mayores de 75 años. Y en este tramo de edad, el número de beneficiarios creció un 37% en los últimos quince años. Es la consecuencia del Pacto de Toledo y la propuesta de retrasar la edad de jubilación. A pesar de estas medidas, en realidad los trabajadores siguen jubilándose en su mayoría antes de los 65 años. Y lo cierto es que en la provincia el 68% del gasto total en pensiones es de las jubilaciones, 1.214 millones de euros al año.

España es el último país de la UE en cuanto al porcentaje de trabajadores que continúan en activo después de los 65 años (6,3%), lo que supone una tercera parte de la media europea. Desde diferentes ángulos se defiende que la vida laboral podría ampliarse con medidas que pasan por combatir la discriminación por edad, promover la jubilación activa —compatibilizar el trabajo con el disfrute de la pensión— o desincentivar las prejubilaciones. Pero también sería importante combatir otro hecho cierto: España está entre los países con una menor tasa de empleo en las personas de entre 60 y 65 años (35,3%), muy por debajo de Suecia (66,1%) e incluso de la media europea (38,3%)