La Cabrera no está sola

Se merece La Cabrera una compensación y no sólo por este incendio aterrador que ha roto el sueño de sus vecinos durante días. La concentración de ayer, en la que se reclamaba el final de estos fuegos sin sentido, tiene un trasfondo de clamor de un pueblo aislado, arrinconado siempre en el reparto de prioridades, condenado en la práctica a la autosuficiencia y al ‘búscate la vida’ para sobrevivir sin apenas recursos ni atenciones. Tras este varapalo inclemente que ha llevado a la comarca a la portada de informativos televisivos y de diarios nacionales, no debemos dejar sólo en manos de sus habitantes el peso de hacerse oír para que la tragedia del fuego no se quede únicamente en un hito en las estadísticas anuales. Es el momento de la implicación institucional y de la movilización de la sociedad civil para que los vecinos de estos pueblos sepan que no estarán solos en los desafíos que les esperan, que esta vez no se les dejará atrás y que toda la provincia siente como suyo este paisaje calcinado y como suya la lucha a la que se enfrentan para tener un futuro.