EDITORIAL | Rectificar y acabar con la hipocresía, únicas soluciones para salvar el carbón
La votación en el Congreso de los Diputados que condena al cierre a las centrales térmicas desembocó ayer todo un aluvión de reacciones. De nuevo unos y otros han aprovechado para atizarse a cuenta de este sector en crisis a golpe de reproche y de medias verdades.
La historia de la minería energética en los últimos tiempos no permite salvar a nadie. Los sucesivos ministros —Miguel Sebastián (PSOE) con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente o José Manuel Soria (PP) con Mariano Rajoy— han reducido a la mínima expresión el sector sacando adelante iniciativas europeas o nacionales liquidacionistas o por mera omisión, por no tramitar leyes o decretos que debían poner en orden y aprobar mecanismos o subvenciones comprometidas reiteradamente sin que luego llegasen el Boletín Oficial del Estado.
El paso dado en el Congreso es gravísimo y supone el enésimo error de unos parlamentarios leoneses que votan siguiendo la disciplina de su grupo sin tener en cuenta lo que necesitan los ciudadanos que los han votado.
Con la limitación de las emisiones se sitúa a las térmicas en una situación imposible. Ahora, lejos del cansino por reiterado vodevil que escenifican unos y otros, sería mucho más útil que se pusieran manos a la obra para promover una rectificación urgente. PSOE, Ciudadanos y Podemos tienen la ocasión de probar que se han equivocado. Y el PP, en vez de aprovechar esta coyuntura, debería sumarse a una iniciativa aunando fuerzas por el carbón.
