Diario de León
Publicado por
MARÍA J. MUÑIZ
León

Creado:

Actualizado:

La celebrada capitalidad gastronómica es una boyante oportunidad en muchos sentidos, por encima de todo es un examen general a cierto tipo de empresario local de boina enroscada. Un especimen anquilosado en argumentos que ya no tienen cabida, que asegura defender a un sector al que se niega a ver avanzar. Aunque, en la intimidad de su negocio, arrima el ascua de los nuevos tiempos a su sardina con más frecuencia de la que confiesa. Si se pone el foco en el comercio, un paseo por el Black Friday local ayer no deja lugar a dudas.

León quiere el cetro gastronómico, ser ciudad de congresos, destino del turismo de calidad (y gasto) de fin de semana, referente de compras, extender el inabarcable atractivo de su enorme territorio para la explotación del viajero curioso. Pretende que el confiado gasto de la recuperación se vuelque en escudriñar sus rincones y sus bondades. Y repite hasta la saciedad que potenciales no le faltan.

Y es verdad. Le sobra materia prima. El año que viene será un examen determinante para conocer también si cuenta con materia gris. La fatalidad ha querido que en el año de la capitalidad gastronómica se ejecute (malvado juego de palabras) la ansiada, urgente y tanto tiempo reclamada reforma del Parador de San Marcos. No pudo escoger peor momento. De haber llegado hasta ahora con estos crujidos, ¿no sería momento de hacer ejercicio de sensatez y poner en valor, justo en este año santo gastronómico, tan emblemática infraestructura turística?

Si León quiere de verdad ser destino turístico, y el fin de semana es su nicho de negocio, hay que poner de una vez las cartas sobre la mesa. Sólo se conseguirá con una hostelería concienciada, unida y con un objetivo común. Para el inicio oficial de la capitalidad queda muy poco, el sector tiene en su mano aprovechar la oportunidad a través del consenso. Y ojo, disparar los precios al calor del momento puede espantar al consumidor local. Que no sea pan para hoy...

¿Y el comercio? Tres españoles, cuatro opiniones. El turista, con esos AVEs muchos fines de semana repletos, llega en sábado y se va en domingo. O cambian los argumentos o cambian los objetivos. El comercio local es la única diferencia que el viajero encuentra entre las cadenas que hay en todas partes (que por cierto, se preparan en León para competir duro). ¿Quieren adaptarse al mercado, o mantenerse en sus esquemas?

Cada cual que haga sus cuentas. Pero son habas contadas. Y hay que jugarlas ya mismo.

tracking