Leoneses en Bilbao

A finales de los pasados cincuenta y durante más de dos décadas, la emigración leonesa, más que notable, emprendió numerosos rumbos buscando un futuro esperanzador que no se vislumbraba en su propia tierra. Entre los principales focos de atracción, el País Vasco y Bilbao de forma especial. Aquí se fundó un Hogar Leonés como centro aglutinador de inquietudes, encuentros y vinculación, especialmente afectiva, a la tierra de los orígenes. Ubicado en pleno corazón del casco antiguo, muy cerca del teatro Arriaga, la espléndida sala, recientemente remodelada, permite la contemplación de la ría y la emblemática estación de Feve, que, al margen de la relación industrial entre las dos provincias, seguramente recordará a algunos el primer contacto con la ciudad vasca.

Superada una temporada de ciertas dificultades económicas, el pasado día 8 supuso el punto de partida para el fortalecimiento de un nuevo ciclo de actividades bajo el signo de la diversidad, en que los asociados tengan mayor capacidad de elección. Se inauguró ese día una biblioteca, muy digna en cuanto a fondos y muy cómoda y práctica en lo que respecta a la disposición, que permitirá, sin duda, nuevas posibilidades de ocio, diversión, enriquecimiento y punto de encuentro. En el proyecto han colaborado instituciones y especialmente particulares con la aportación de libros y mobiliario, siempre bajo la atenta mirada de José Ramón Blanco, juez y magistrado de lo Social, jubilado, poeta, novelista y editor, y el presidente del Hogar, Ángel Muñiz Fernández.

Mantener vivas las casas regionales tiene hoy dificultades añadidas, especialmente por la notable mejora de las comunicaciones y, quizá como consecuencia, por el envejecimiento de los colectivos. Y también, cómo no, por la escasez de las ayudas, teniendo en cuenta que se trata de centros defensores y, sobre todo, promotores intensos y permanentes de su tierra. Por cariño, actitud siempre impagable. Al frente de esta ilusión desde hace cuarenta años, Ángel Muñiz, de Lois, un hombre esencialmente bueno y generoso, trabajador incansable a favor de la colectividad y promotor permanente de lo leonés en todas sus vertientes y manifestaciones. Cada uno de sus pasos está aún marcado por esta ilusión renovada y por la voluntad de superar las dificultades que se van generando en el camino. Por todo esto, cuyo descenso al detalle tendría muy largo recorrido, dejo el aplauso y la admiración en estas hojas humildes. Buenos días.