Mirlos 2.0

No recuerdo quien cantaba aquello de gavilán o paloma pero parece una pregunta interesante en esta jornada en la que llega a esta tierra un español-catalán al que están aupando —con las encuestas como encofradoras— como el nuevo mirlo de la política. La sabiduría popular acuñó la expresión de ‘vaya pájaro’ mucho antes de que se inventase la actividad público-política tal y como la conocemos hoy, pero parece que quizá alguien intuía por dónde iban a ir los tiros...

Cada mochuelo a su olivo, dice esa misma sabiduría. La que supo descubrir a tiempo que las garras eran en realidad de buitre y evitó el ‘sorpasso’, en una operación frustrada por la banda izquierda que ahora intentan reproducir por la derecha a costa de devorarse a la gaviota, con las mismas armas de esa política 2.0 que sustenta su vuelo en decir lo que se quiere oír, y siempre sin terminar de romper los huevos para no quedarse sin plumas y cacareando.

El ni una mala palabra ni una buena acción tiene mucho de arte. A diario uno puede cruzarse con verdaderos artistas como aquel al que definieron un día como un animal político capaz de dar toques futboleros con una guinda. Y es que cuando toca salir a vuelo abierto pueden descubrirse las vergüenzas, como al que se le ahogó el ‘sorpasso’ en cuanto dejó de colar ese ‘marxismo’ del ‘si no le gustan estos principios’ en seguido voy sacando otros.

En los ayuntamientos de Madrid o Barcelona se hace evidente que las vacunas son en realidad inyecciones de la misma enfermedad. Y en el 155 catalán se hicieron verdaderos equilibrios desde el ‘no se puede aplicar’ de septiembre hasta situarse en la cabeza del pelotón cuando se desempolvaron las rojigualdas. Eso pasó en la central de la franquicia naranja, pero un repaso por sus ramas locales permite descubrir todo tipo de ‘pichoncitos’ que pactaron para comer perdices con PP y PSOE, pero convertidos en imprevisibles ‘escopetas’ políticas que pasan de la hiperactividad al vacío en menos que canta un gallo.

Candidaturas naranjas que se llenaron de pájaros a la vista o encubiertos, algo que la matriz quiere corregir ahora porque las próximas locales serán la clave para que no se quede todo en burbuja.

Veremos si los ciudadanos, los que votan, hacen como los de izquierda —que no soltaron la rosa por aquello de más vale pájaro en mano que ciento volando— o se atreven a alzar el vuelo en busca de nuevos horizontes y ‘riveras’....