Contra los riesgos serios en las carreteras

Una de las obligaciones ineludibles de las instituciones es la de tener sus infraestructuras en unas condiciones adecuadas para su uso por los ciudadanos. La exigencia se hace máxima si existen riesgos para la integridad de las personas, y por ello cabe preguntarse si es admisible la existencia de tramos de carretera con serios problemas de siniestralidad. La existencia de baches y de deficiencias graves en la señalización parece que se ha convertido en algo admisible en los últimos años, en los que parece que nos estamos acostumbrando a que la crisis económica parece que convierte en imposibles lo que en realidad son cosas imprescindibles.

Ayer hubo un derrumbe de grandes dimensiones en una carretera fundamental de la provincia, la CL-631, que es el eje vertebrador del valle del Sil desde Ponferrada hasta Villablino y que supone incluso uno de los accesos hacia Asturias. Permanecerá unos días cerrada hasta que se solvente el problema. La duda es si todo esto es evitable. Afortunadamente no hubo desgracias humanas pero el riesgo parece evidente.