Diario de León

AL TRASLUZ

Un puñado de másteres

León

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A partir de cierta edad, quién más y quién menos tiene un puñado de másteres. La vida te los imparte y se los cobra en sangre, sudor y lágrimas, que diría Churchill. Para ser exactos él citó también «toil» (esfuerzo), pero como le resultaba demasiado largo lo abrevió en tres. Hizo mal, pues es precisamente ese el elemento imprescindible en la cadena de cualquier logro. Como diría Sancho: «Hasta arrancar un ajo lleva trabajo». A Sócrates le llevó años deducir que no sabía nada y que esa era su única certeza. Todo saber intelectual es consecuencia del tesón, cuando no del empecinamiento. Y sí, en efecto, másteres vitales hay muchos: Máster en Cuando más conozco a los hombres más quiero a mi perro (MCMHP); Máster en Antes se coge a un mentiroso que a un cojo (MAMC). Máster en Por el interés te quiero Andrés (MIQA)… y así una docena de ellos, cada cuál sabrá cuáles son los suyos. Pero luego están los otros, aquellos que se imparten dentro de une enseñanza universitaria, para acceder a conocimientos especializados, muchas veces encaminados a la toma de decisiones. Aquí no sirve la ciencia infusa, solo el esfuerzo. Aquí no cabe aquello del chiste: «Yo he estado en Nueva York tres o cuatro veces. ¿Y tú?», y el otro le contesta: «Pues yo… una o ninguna». Un máster se ha cursado o no, y sin cambalaches. Tengo amigos docentes y conocedores de los procesos administrativos que esta enseñanza conlleva, pues incluso quienes son votantes del PP se sienten abochornados ante el caso Cifuentes. Saber que el Quijote empieza «En un lugar de La Mancha…» no es lo mismo que haberse leído el libro, aunque sepas cómo termina.

No cabe rebajar el mérito de quienes sí dedican su tiempo a obtener conocimientos superiores, costosos en dinero y en renuncias. Si trastocamos el valor del esfuerzo real estaremos perdidos como sociedad. Saber es uno de los más loables tesones. Cuando no hay trampa.

Algo cuya clarificación debería llevar veinte minutos de comprobación documental se convierte en un enigma académico ¿O ya no tan enigma? El Máster en la verdad os hará libres (MVL) es quizá el más difícil, pues su temario nunca termina. La posverdad es ya otra clase de aprendizaje. Para empezar, porque es mentira.

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