MARINERO DE RÍO
Cascabeles
No puedo dormir. Hay algo que me lo impide. Y no es un sonido excesivamente alto ni particularmente agudo o discordante. Se trata de una especie de tintineo lejano, un resonar que al principio me parecía candoroso, casi infantil. Pero como no se ha detenido y va en aumento, y unos soniquetes se suceden a otros, y proliferan y se agolpan y porfían, y unos parecen querer subirse a los hombros de otros, el rumor tenue y como ahogado, inofensivo y anecdótico del comienzo se ha transformado en campaneo perenne que me mantiene desvelado de continuo, y las noches las paso dando vueltas en la cama, apretándome las orejas con la almohada.
Son cascabeles. Sí, así como lo oyen. Cascabeles que no paran de sonar en las horas frías de la madrugada, quizá también durante toda la jornada, aunque entonces no se me hacen tan evidentes, sofocados por los whatsapps y las sirenas de policía. Son cascabeles que anuncian asuntos a un tiempo delicados y espinosos, como erizos de púas envenenadas o, casi mejor, felinos de callejón, enfermos de sarna. El viento arrastra la pregunta por las avenidas de la ciudad: ¿Quién le pondrá los cascabeles a esos gatos?
¿Quién le pondrá el cascabel al gato intratable y tribal de la universidad española, capaz de expedir diplomas y firmar credenciales dependiendo de filias y fobias, con la picaresca y el interés de los bulderos del Siglo de Oro? Un máster en concreto ha desatado la tormenta, pero, ¿quién se atreverá a ir más allá y sacar el machete de proporciones adecuadas para desbrozar el extenso matorral de endogamia, política y mamoneo enraizado hasta el subsuelo de tantos y tantos campus de nuestro país? ¿Quién se atreverá a poner el preciso cascabel de diálogo, gesto, inteligencia y altura de miras al gato montés catalán, ya asilvestrado hasta la rabia a fuerza de negaciones y cerrilidad mutua? ¿Quién, al del destrozo de salarios; quién, al del hundimento de la cultura; quién, al del rebane en Sanidad y Educación; quién, al de la desertización del medio rural; quién, al del entierro de las Humanidades...?
Los cascabeles no colocados suenan ya como un trueno en mitad de la noche.